Joel Martínez*
El jueves de la semana pasada, Donald Trump retomó su guerra comercial anunciando un arancel de 10% a 300,000 millones de dólares a las importaciones provenientes de China, que aún no están gravadas.
La respuesta del gobierno chino fue contundente: depreció fuerte su moneda frente al dólar esta mañana de lunes en Asia, que es la tarde /noche de domingo en América del Norte.
Recordemos que en China, el banco central no es independiente y el tipo de cambio es semioficial, básicamente lo determina el estado. Por primera vez en más de una década, el gobierno de China dejó que el precio del dólar rompiera al alza el nivel clave de 7.0 yuanes por dólar.
Mira cómo el yuan se devalúa frente al dólar a mínimos de 11 años
Esto da la señal de que podría estar dispuesto a tolerar más debilidad de su moneda, ante la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos.
Además, de acuerdo con personas familiarizadas con la situación, el gobierno chino pidió a sus empresas estatales que suspendan las compras de productos agrícolas estadounidenses.
El miedo de los mercados es que la guerra comercial de Estados Unidos (representa el 24% del PIB mundial) que inició en 2018 y que ahora se centra en China (16% del PIB mundial), pudiera derivar en una mayor caída o estancamiento de la economía del mundo.
La OCDE estima hasta ahora un impacto negativo de 0.2 y 0.3 puntos del PIB de Estados Unidos y China respectivamente, por las medidas comerciales ya tomadas.
Un mayor deterioro podría impactar en -0.8 puntos al PIB de Estados Unidos y en -1.2 puntos al de China para 2021-2022.
La guerra comercial mantiene tal incertidumbre, que ya ha desplomado la confianza empresarial y del consumidor en el mundo, empujando una caída del comercio mundial.
De acuerdo con el FMI, el pronóstico del PIB mundial para 2019 ha caído de manera drástica en los últimos doce meses.
La hipótesis es que la extensión de la guerra comercial disminuirá aún más el crecimiento y hasta posiblemente pondría al borde de la recesión a algunas economías.
En julio de 2018, el FMI estimaba que el PIB mundial crecería 3.9%, hoy lo ha bajado a 3.2, es decir un 20% menos.
Y es que entre menos riqueza se genere, las bolsas tienden a caer porque se compran de acuerdo a las utilidades esperadas.
La idea de un menor crecimiento hace esperar que las políticas monetarias expansivas se profundicen, lo que significa que habrá tasas bajas en el mundo por un periodo más largo.
De hecho, una depreciación fuerte del yuan impacta directamente al peso mexicano, ya que es la segunda economía que le vende más manufactura a Estados Unidos; la primera es China y la tercera es Canadá.
Sólo hay que estar claros respecto a que un avance en las negociaciones China–Estados Unidos puede cambiar en 180 grados el humor de los mercados.
*Joel Martínez es economista, asesor externo en empresas financieras y director de la consultora de análisis económico Visor Financiero.
Este texto es una columna de opinión. Su contenido es responsabilidad del autor y no representa necesariamente la postura de EL CEO.