Los directores financieros de compañías con operaciones en China tienen cada vez menos confianza en la economía de ese país, afectados por el impacto de la guerra comercial, revela una encuesta de Deloitte.
Al ser cuestionados sobre sus perspectivas económicas en los últimos seis meses, 82% de los ejecutivos dicen que son menos optimistas, un significativo aumento respecto a la encuesta anterior, en la que sólo 30% opinaron lo mismo.
Entre los factores responsables están la volatilidad en los mercados accionarios chinos y las tensiones comerciales aún sin solución.
Deloitte realiza esta encuesta cada año y en esta edición recibió 108 respuestas de directores financieros y vicepresidentes de empresas con operaciones en China continental, Hong Kong y Macao.
CFO ven oportunidades, pese a todo
Aunque 59% de los encuestados prevé que el volumen de comercio decrezca en 2019 y 56% dicen que sus empresas ya han sido o serán afectadas por las tarifas, la situación también hace surgir oportunidades.
“El sureste de Asia se ha estado desarrollando como un hub manufacturero y los cambios podrían darle oportunidades inesperadas”, detalla Deloitte.
Algunas empresas podrían optar por mudar sus actividades de producción para no ser objeto de tarifas y, según 53% de los participantes, el sureste asiático sería la región con el mayor incremento de exportaciones.
Arrancan negociaciones
Este 7 y 8 de enero, China y Estados Unidos sostendrán las primeras conversaciones comerciales formales, tras el establecimiento de una tregua de 90 días a inicios de diciembre.
Las dos naciones estuvieron enfrascadas en una guerra comercial durante gran parte del año pasado, lo que interrumpió el flujo de cientos de miles de millones de dólares en bienes y avivó los temores a una desaceleración económica mundial.
Un equipo de trabajo encabezado por el Representante Comercial Adjunto de Estados Unidos, Jeffrey Gerrish, viajará a China para tener “discusiones positivas y constructivas” con sus homólogos chinos, dijo el Ministerio de Comercio de China en un comunicado en su sitio de internet.
Ambos países enfrentan un plazo clave en marzo para que las conversaciones pongan fin a la dañina guerra comercial, o Washington podría continuar con un fuerte aumento en los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos originalmente fijados para el 1 de enero y Pekín podría tomar represalias.
Datos reportados esta semana mostraron una marcada pérdida de impulso en las dos economías más grandes del mundo a fines del año pasado.
La actividad de las fábricas en Estados Unidos se desaceleró más que lo esperado en diciembre, según el Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM), mientras que datos chinos mostraron el lunes que su actividad de manufactura se contrajo por primera vez en más de dos años.
Con información de Reuters