El uso y manejo de los recursos que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) obtenga con el bono sustentable que está por emitir tendrá que ser auditado para asegurar que la empresa realmente realiza una transición hacia las energías verdes y evitar un ‘lavado verde‘ (greenwashing).

Algunas empresas utilizan la bandera de ser amigables con el medio ambiente, pero parte de sus actividades afectan el cuidado de la naturaleza o bien, realizan prácticas que afectan la calidad de vida de las personas.

Puedes leer: La farsa de las inversiones verdes 

De acuerdo con una fuente cercana a la transacción, la CFE planea emitir su primer bono sustentable por alrededor de 1,500 millones de dólares, con ayuda de JP Morgan y de Santander, en medio del debate sobre la reforma eléctrica que busca reducir la participación de empresas privadas en el sector.

Si bien nos cuesta trabajo pensar que una empresa sucia como CFE esté emitiendo este tipo de papeles, si le damos un enfoque de que tiene proyectos de energía limpia hace sentido. Sin embargo, hace falta ver o dictaminar que los recursos realmente se utilicen para ese tipo de proyectos

advirtió Luis Gonzalí, director de inversiones de Franklin Templeton México.

Para ser sustentable, el bono debe cumplir al menos con uno de los criterios ESG, que son las siglas de emisor verde, socialmente responsable y gobernanza.

En el caso de la CFE puedes tener una empresa que si bien es muy contaminante, podría estar haciendo esfuerzos para dejar de serlo, y entonces se puede considerar a sus bonos como ESG, mencionó Gonzalí.

Lo importante al emitir un bono sustentable es el esfuerzo que hace una empresa hacia la meta de cumplir con los criterios ESG, por lo que las particularidades de este estándar aplican de acuerdo con el giro y actividades de la empresa.

Por ejemplo, en el caso de la CFE, se busca generación de energía sin usar fuentes contaminantes, en el caso de una refresquera, el enfoque sería el agua, que es uno de su principales insumos.

Ventajas para las compañías

Una de las ventajas para las empresas que emiten bonos sustentables es la visibilidad que obtienen ante los mercados, ya que reciben la señal de que son firmas que están construyendo sus actividades con fuentes de energía no contaminantes.

Esa señal genera más apetito por parte de los inversionistas y una mejor tasa de colocación.

El riesgo es no caer en ‘lavado verde’ en donde dices que eres ESG pero realmente no lo eres y sólo sólo estás buscando captar tasas atractivas, el riesgo es que sea de dientes para afuera

mencionó Gonzalí.

Comprar bonos sustentables es atractivos para los inversionistas porque es una forma de participar en el cuidado al medio ambiente al financiar la generación de energía que no contamina y de contribuir a la transición energética.

¿Qué son los bonos sustentables?

Gonzalí los describe como instrumentos financieros para obtener recursos que permiten utilizar fuentes de energía que no impliquen la quema de combustóleo.

Puedes leer: Hidrógeno verde, clave para la seguridad y transición energética

Gonzalí comentó que la reforma eléctrica de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que se encuentra en análisis en la Cámara de Diputados podría aprobarse implicando cambios menores a la regulación actual.

Es decir, al final de la discusión, los legisladores podrían dar luz verde a un proyecto menos escandaloso que el borrador inicial.

“Nosotros creemos que se va a llevar a un punto medio y que va a haber algunos cambios pero que van a hacer cambios menores que no van a afectar en calificación crediticia o en confianza”, afirmó.

No te pierdas; Cierre de licitaciones de exploración de crudo impide la transición energética

Admitió que los cambios regulatorios impulsados por AMLO han golpeado a empresas del sector energético que estaban compitiendo y que ahorita están detenidas porque no pueden iniciar sus proyectos.

Si llegara a pasar la reforma tal y como está y si el ruido e incertidumbre actual se convierte en riesgo, entonces habrá impactos más profundos para concretar proyectos.

“Traemos problemas coyunturales que vienen de antes de este sexenio y que nos están impactando y que hemos estado arrastrando cómo la inversión pública y privada que no termina de despegar y que este sexenio no se ha hecho nada para solucionarlo”, reclamó.

Concluyó que de no haber cambios reales, se generen situaciones más fuertes más adelante en términos de inversión en el sector energético.