Mientras dure la pandemia, América Latina y el Caribe estarán transitando un túnel lleno de incertidumbre, por lo que la única certeza es que los retos económicos y sociales serán más grandes al salir de la contingencia, por lo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) propone un nuevo pacto social de cara a una nueva realidad.

Al salir del túnel los países se encontrarán con mayor pobreza, desigualdad, desempleo e informalidad; empresas quebradas o al borde de la quiebra; grandes pérdidas de capital humano; situaciones fiscales más difíciles que en en los últimos 20 años, y sectores financieros debilitados

En el estudio ‘Salir del túnel pandémico con crecimiento y equidad: una estrategia para un nuevo compacto social en América Latina y el Caribe’ del BID señala que a estos retos se añadirán barreras nuevas al crecimiento inclusivo que antes no existían.

Entre ellas destaca que ante la ausencia prolongada de una vacuna, los consumidores y trabajadores seguirán ansiosos, reacios a participar en las mismas actividades económicas que antes les eran importantes, lo que tendrá fuerte impacto en las cadenas de valor.

Para el BID, la prioridad es atender la pandemia y limitar los costos económicos de la crisis al fortalecer la salud y la disponibilidad de pruebas y de mecanismos de seguimiento.

Todo ello, para hacer frente a la crisis sanitaria de manera urgente no solo para la salud, sino también para la recuperación económica.

Otra de las prioridades, según el organismo, es limitar las fuertes pérdidas de ingresos de los hogares pobres e informales, lo que considera una obligación humanitaria, además de evitar la destrucción del tejido productivo y del capital humano, lo que será clave para una recuperación más rápida.

Como segundo punto plantea limitar pérdidas, o incluso revertirlas y regresar a los niveles de crecimiento e indicadores de equidad del periodo previo a la crisis, lo que, sin embargo, no será suficiente.

En tercer lugar el estudio plantea que dentro del túnel deberán correr en paralelo dos conjuntos de políticas que se complementan: las sanitarias y de limitación de pérdidas.

BID sugiere que los países que experimenten una recuperación económica más rápida serán aquellos que, mientras está la contingencia, adopten políticas que conserven capital humano y las relaciones entre los actores económicos – bancos y prestatarios, empresas y trabajadores, productores y sus clientes.

En tanto, los países que todavía dentro del túnel anuncien políticas de crecimiento inclusivo y sostenido que seguirán al salir encontrarán mayores opciones de financiamiento para lidiar con la crisis.

Otro de los planteamientos que hace el análisis de BID es que la nueva orientación de las políticas públicas hacia el crecimiento inclusivo representará un giro significativo en las políticas y el marco institucional de la región.

Para una rápida reactivación de la economía, el BID señala que la región no podrá depender fuertemente de estímulos fiscales como ha hecho en crisis anteriores, dado que el poco espacio fiscal y el complicado acceso a los mercados financieros lo harán difícil.

La ‘salida del túnel’ implicará un nuevo compacto social exigirá mucho de los gobiernos, quienes deberán repensar las políticas de transferencias, con una mayor llegada a las poblaciones vulnerables, haciéndolas más eficientes e inclusivas.

Para BID, un nuevo compacto social permitirá a las sociedades de América Latina y el Caribe lidiar con varios otros retos como el cambio climático, de la mano de una mayor resistencia ante los efectos de la des-globalización.

Además, un nuevo plan permitirá a la región cerrar más velozmente otras brechas con los países avanzados.

Por ejemplo, la entidad explicó que una señal clara de la falta de eficiencia del sector público y de la baja productividad del sector privado de la región se refleja en la gran brecha de digitalización entre la región y las economías avanzadas.

Por ello, considera que fomentar la eficiencia dentro del sector público y lmayor competencia y la creación de más empresas en el sector privado aumentarán significativamente los incentivos para acelerar el proceso de la digitalización.