La Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) decidió por mayoría recortar en 50 puntos base su tasa de interés para ubicarla en 4.50%, su menor nivel desde finales de 2016.

Un miembro votó por disminuir en 25 puntos base, a 4.75%, y cuatro apoyaron el recorte de medio punto porcentual.

El resultado está en línea con las expectativas del mercado, pese a que la inflación ha mostrado repuntes en los últimos tres meses; hasta julio, la tasa se ubicó en 3.62%. 

Desde agosto de 2019, Banxico ha aplicado 10 recortes consecutivos a su tasa de referencia.

“En general, dada la profunda recesión, la tímida respuesta fiscal y el aún alto nivel de tasas nominales y reales, el contexto de inflación no debería impedir que el banco central relaje más (las tasas) en los próximos meses”, dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs, previo a la decisión de Banxico.

El banco central señaló que desde la última decisión de política monetaria, los mercados financieros globales continuaron mostrando un comportamiento positivo y reflejaron los efectos de las medidas de estímulo fiscal, monetario y financiero adoptadas en las economías avanzadas y la gradual reapertura de la economía.

Tras la fuerte contracción económica en el segundo trimestre del año, Banxico dijo que desde junio alguno indicadores mostraron cierta recuperación, en respuesta a la reapertura de algunos sectores, pero persiste un escenario de incertidumbre.

Se prevén mayores condiciones de holgura en el horizonte en el que opera la política monetaria y persisten importantes riesgos a la baja,

indicó Banxico en su anuncio de política monetaria.

Respecto a la inflación, el banco central subrayó que si bien se han observado aumentos en las inflaciones general y subyacente en el horizonte de pronóstico de 12 a 24 meses se prevé que ambas se ubiquen alrededor de 3%, pero el balance de riesgos se mantiene incierto.

Entre los elementos que puede provocar una baja en la inflación figura un efecto mayor al previsto de la ampliación de la brecha negativa del PIB; menores presiones inflacionarias a nivel global, y que las medidas de distanciamiento reduzcan la demanda de ciertos servicios.

En cambio, los factores que pueden provocar un alza son la depreciación del tipo de cambio; mayor persistencia en la inflación subyacente, y problemas logísticos y de suministro de algunos bienes y servicios y mayores costos asociados a la adopción de medidas sanitarias.

Según BBVA, los comentarios del banco central respaldan su visión de que las tasas de interés rondarán el 4% al cierre del año.

“No descartamos un menor ritmo de recortes en la siguiente reunión si persisten las presiones inflacionarias”, detalló el banco, especialmente tomando en cuenta el voto dividido de esta ocasión.