El Producto Interno Bruto (PIB) de México tendrá un crecimiento de 4.5% y no de 3.7% en 2021, de acuerdo con los pronósticos actualizados del Banco Mundial publicados este lunes. 

Los puntos clave que provocaron la mejora en la estimación de crecimiento en la primera mitad del año son la reactivación de la economía de Estados Unidos, que impulsa las exportaciones de manufacturas, y el avance gradual del proceso de vacunación contra el COVID-19. 

Hacia el segundo semestre, el Banco Mundial prevé una recuperación más rápida del consumo interno, ante la posibilidad de una mayor proporción de personas vacunadas. 

Para permitir una recuperación mejor y sostenida a mediano plazo, el país también tendrá que hacer frente a algunos de los desafíos más apremiantes para el crecimiento y la inclusión previos a la crisis, que al mismo tiempo, ahora constituyen cuellos de botella para la creación de empleo,

indicó el Banco Mundial en su documento titulado ‘Volver a Crecer’

Además, subrayó que la gradual recuperación de la inversión podría ser más lenta si no se ajusta el enfoque hacia la participación del sector privado en algunos sectores, en particular el energético. 

Actualmente, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador busca aplicar la reforma en la industria eléctrica aprobada en el Congreso y frenada en tribunales, además de que apenas el viernes pasado envió una iniciativa de reforma en materia de hidrocarburos, que provocó críticas por parte del sector empresarial y de analistas.

Para el 2022, el organismo internacional también mejoró sus expectativas y prevé una expansión de la economía mexicana  3%, desde el 2.6% pronosticado a inicios del año. En 2023, el PIB se desacelerará a 2.5%.

El Banco Mundial destacó que la economía mexicana fue una de las que no recurrieron a generosos paquetes de estímulo. En la región, el déficit fiscal medio superó el 8%. 

“Entre las grandes economías de la región, solo México tenía una política fiscal relativamente restringida (…). La respuesta fiscal fue limitada (por debajo del 1% del PIB), centrado en pequeños créditos a las Pymes, el sector informal y transferencias sociales dirigidas a grupos vulnerables”, dijo el organismo a cargo de David Malpass.