Banco de México lanzó la artillería pesada en meses pasados para garantizar la liquidez en el sistema financiero y también para impulsar el crédito a personas y empresas afectadas por la pandemia, sin embargo, el financiamiento luce estancado.

La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico notó que el impacto de la pandemia ya se refleja en el financiamiento a empresas y hogares, de acuerdo con la minuta de la última reunión de política monetaria.

En junio, la cartera de crédito a empresas sumó 2.93 billones de pesos desde los 2.98 billones de un mes antes. Mientras que la cartera total de crédito al consumo sumó 1.01 billones de pesos frente a 1.02 billones de un mes antes, según cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

La minuta de Banxico indica que un integrante dijo que los nuevos créditos en tarjetas, para la compra de automóviles y de nómina, han disminuido fuertemente y que el crédito bancario a empresas de menor tamaño se redujo en más de 10,000 millones de pesos durante la primera mitad del año.

Además, señaló la reducción de los nuevos créditos a empresas de menos de 100 empleados, y “que las condiciones de otorgamiento ahora son más estrictas y que diferenciales de tasas de interés han aumentado, especialmente para las pymes”.

Los bancos no prestan porque la gente que está solicitando un crédito o está quebrada, o en peligro de, o son personas que les bajaron el sueldo o sus negocios no funcionan bien

comentó Joel Martínez, director general de Visor Financiero.

En el desagregado de la cartera de crédito, las cifras de la CNBV muestran que tanto la cartera tarjeta de crédito, así como los préstamos vía nómina y los personales han disminuido tanto en comparación mensual como anual.

En México, la disponibilidad de crédito interno para el sector privado es solo de 33.8% del PIB, una de las cifras más bajas de América Latina.

La disponibilidad de crédito tiende a disminuir durante tiempos de crisis a medida que los prestamistas se vuelven más cautelosos. Es probable que el consumo financiado por los bancos disminuya desde los niveles ya bajos

indicó Moody’s en un reporte en julio.

La calificadora señaló entonces que la reciente baja de la tasa de referencia del banco central no se estaba traspasando a los consumidores.

Desde marzo, gran parte de los bancos y otras instituciones financieras implementaron un programa de diferimiento de pagos por hasta seis meses para que los acreditados afectados por la pandemia no cayeran en impago, mientras que la CNBV implementó Criterios Contables Especiales (CCE) para que estos créditos no se reflejaran como cartera vencida en los bancos y afectaran los índices de capitalización.

Al 30 de junio, nueve millones de usuarios hicieron uso del diferimiento de pagos. Las cifras de la Asociación de Bancos de México indican que uno de cada cuatro créditos entraron al programa, es decir, 999,800 millones de pesos en crédito inscrito.

Y al cierre de agosto, los usuarios que difirieron sus pagos comenzarán a pagar.

En su reporte trimestral, Banxico indicó que derivado de este programa el posible impacto sobre la morosidad de la cartera pudiera ser acotado.

“No obstante, es necesario vigilar su evolución en la medida en que la aplicación de los criterios vaya venciendo y algunos acreditados soliciten reestructurar sus créditos en los próximos meses, dada la diversidad de fechas y plazos de vencimiento”, dice el reporte del banco central.

El reporte de Banxico también indica que será necesario vigilar las opciones que se ofrezcan a los acreditados para mantener vigentes sus créditos y la constitución adecuada de reservas por parte de la banca.