Durante el último mes de gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el gasto de las familias mexicanas se moderó: la demanda interna, un indicador que mide el consumo de los hogares, presentó caídas.
Según datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior disminuyó 0.28% a tasa mensual en septiembre de 2024.
Este descenso en el gasto que hacen los hogares en el consumo de bienes y servicios, significó, además de darse tras dos alzas al hilo, el peor resultado en los últimos cinco meses.
Por tipo de bienes, los nacionales crecieron 0.32%, el quinto aumento consecutivo; mientras los importados cayeron 4.14%, el descenso más pronunciado en 30 meses.
Aunque el desempleo se mantendría en niveles relativamente bajos y los salarios seguirían creciendo, otros indicadores del mercado laboral ya están dando señales de un enfriamiento (generación de empleo formal, subocupación laboral). Además, aunque se espera que sigan moderándose, tanto la inflación al consumidor como las tasas de interés seguirán elevadas
señala Ve por Más.
Inversión de corto plazo sigue a la baja
Por su parte, la Formación bruta de capital fijo, un indicador de la demanda interna que permite conocer el comportamiento de la inversión en activos fijos en el corto plazo, disminuyó 0.79% en septiembre pasado, su segunda baja seguida.
Dicho indicador presentó contracciones en los dos rubros que lo conforman: de 1.10% en maquinaria y equipo y 0.35% en construcción; en este último, sobresale una caída mensual de 4.47% en la edificación no residencial, es decir, de oficinas tiendas, restaurantes, entre otros inmuebles.
El componente de la construcción suma señales de desaceleración, limitada principalmente por un menor impulso de inversión pública (…) consideramos que la reciente moderación en el optimismo empresarial podría acotar las expectativas de inversión
explica Monex.
Mayor incertidumbre
En términos generales, el cierre del 2024 ha dado señales de mayor incertidumbre para el desempeño económico hacia el siguiente año; sin embargo, algunas tendencias positivas podrían prevalecer, expone Banorte.
La institución financiera prevé que el consumo mantendría una trayectoria modesta, pero en ascenso, con los salarios y los programas sociales emblema de la 4T como motores.
Además de otros catalizadores como la eventual convergencia de la inflación hacia la meta de Banxico y el crecimiento del crédito de consumo.
Por su parte, Banorte reconoce que habrá un mayor grado de incertidumbre para la inversión, principalmente por las amenazas proteccionistas de Donald Trump, aunque con un mayor apoyo del sector público en las obras prioritarias en infraestructura.
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