La actividad industrial de México, compuesta por minería, construcción, manufactura y energía eléctrica, experimentó un primer semestre de 2024 débil, prendiendo las alarmas sobre la dirección que tomará la economía del país en la segunda mitad de 2024.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la producción industrial creció 1.2% a tasa anual durante los primeros seis meses de este año.

Este amento, en igual periodo de comparación, representó el peor resultado desde el año 2020, cuando la actividad industrial se contrajo 13.8% por el impacto de la pandemia de COVID-19.

Los resultados de junio fueron moderados en comparación con el mes previo, por lo que observamos ciertas señales de debilidad al interior del indicador de actividad industrial

explicaron analistas de Monex.

Actividad industrial por sector

De los cuatro sectores industriales, solamente dos presentaron variaciones positivas en el primer semestre del año: construcción (10.1%); y generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (2.5%).

En el caso de la construcción, significó el mayor crecimiento en los últimos tres años. A su interior, la mayor alza se presentó en obras de ingeniería civil (23.9%), en línea con la conclusión de algunos proyectos federales.

Al otro polo, la producción minera cayó 3.3% anual, siendo la primera baja desde 2020; dentro de la minería, únicamente se desplomó la extracción de petróleo y gas (5.3%), respondiendo al bajo nivel de los precios internacionales.

Cae el motor económico

La mayor preocupación se centra en la manufactura, el bastión económico de México, pues en la primera mitad de 2024 retrocedió 0.5% a tasa anual, cuya baja también es la primera desde el año que inició la crisis de salud.

La disminución de la manufactura deriva de la debilidad que ostenta la producción fabril de Estados Unidos, que es el principal demandante de las industrias en territorio mexicano.

De los 21 subsectores manufactureros, 16 mostraron reducciones en su nivel de producción, destacando curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos, con la caída más pronunciada (14.8%).

Perspectivas

Para los analistas de Banorte, los vientos en contra permanecen, consistente con el comportamiento usual de la economía tras las elecciones federales. En la construcción, los estrategas creen que serán los trabajos en algunas de las obras prioritarias del gobierno federal en julio y agosto.

En las manufacturas, la huelga en la siderúrgica Arcelor Mittal se extendió por 55 días, con una decisión judicial de terminarla a inicios de agosto. Ante esto, es probable que industrias conexas se mantengan un tanto limitadas en el corto plazo

explicaron los expertos del grupo financiero.

Refirieron que, las señales desde Estados Unidos, son adversas con el PMI y el ISM manufacturero luego de mostrar contracción en julio.

Sin embargo, prevén que la resiliencia en sectores clave como el automotriz será importante para dar sustento a la manufactura, “la Industria Nacional de Autopartes señaló que su producción alcanzó un récord en mayo y que esperan que el año cierre con una expansión de 4% anual”.

Por último, Banorte expone que las empresas en el sector de minería han presentado ganancias ante la recuperación en los precios de algunas materias primas, pero ante una perspectiva de desaceleración, las empresas podrían optar por reducir sus operaciones de extracción.

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