La actividad industrial de México concluyó con fuerza el 2022, derivado al dinamismo que inyectaron sus cuatro sectores: manufactura, construcción, minería y energía eléctrica.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geográfica (INEGI), la producción industrial del país creció 3.3% anual durante el año pasado.
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Si bien este aumento fue inferior al 5.4% del 2021, éste se dio por una baja base de comparación, ya que en el 2020, año en que llegó la pandemia, la industria mexicana cayó 9.4%, mientras en el 2019 la disminución fue de 1.8%. Es decir, el incremento de 5.4% derivó de un efecto rebote.
Para Ve por Más (Bx+), la fortaleza de la actividad industrial en el 2022 fue como consecuencia de que algunas obstrucciones en cadenas de proveeduría siguen cediendo ante el relajamiento de medidas covid en China.
La reapertura en China y la mayor resiliencia a la esperada en la economía europea ofrecen algo de estabilidad a la demanda global
señala Bx+.
Motor encendido
Por sectores, el dinamismo provino principalmente de la manufactura, que durante el año pasado registró un alza anual de 5.2%.
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Banorte cree que el resultado es bastante positivo tomando en cuenta los vientos en contra, entre ellos el desempeño negativo de la industria en Estados Unidos y presiones en el transporte terrestre de mercancías dentro de Norteamérica debido a limitaciones y escasez de capacidad relacionada a la gestión de inventarios.
Así como una baja en el número de puestos y un aumento, aunque limitado, de contagios por COVID-19.
El grupo financiero destaca que la reapertura de China podría ser bastante favorable en términos de una mayor normalización en las cadenas de suministro, factor que ha seguido frenando a la industria automotriz.
Según la AMIA, en enero las plantas armadoras estuvieron operando al 77% de su capacidad instalada, además, la inversión en autopartes y en la infraestructura de fabricación de vehículos sigue lidereando los esfuerzos del nearshoring.
Cimientos con solidez en la actividad industrial
Después de meses en contracciones, el sector de la construcción sorprendió al crecer 0.4% en todo el 2022.
Dicho impulso provino, indica Banorte, de un aumento en la demanda de parques y naves industriales; el gasto gubernamental en infraestructura como Tren Maya y Tren México-Toluca), y una moderación en los costos de los insumos.
En tanto, la minería incrementó 0.2%, con una ligera expansión en petróleo, pero una contracción en el gas; el rubro no petrolero fue apoyado ante el alza en algunos precios.
Plan Sonora
Por último, tras tres años con desplomes, la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final presentó un ascenso de 3.6%.
En el sector energético, Banorte destaca el proyecto del parque fotovoltaico en Puerto Peñasco, el primero de cinco centrales en el marco del Plan Sonora.
Se espera que la primera etapa inicie operaciones en abril, con una capacidad de generación de 120 Megawatts, cuya inversión total será por 1,600 millones de dólares, con un desembolso para la primera etapa de 840 millones.
En el mediano plazo
En el mediano plazo, Bx+ prevé que México se beneficiaría del proceso de relocalización de proveedores de la industria norteamericana que hoy se encuentran en otras regiones.
Esto, ante la necesidad de cadenas de suministro resilientes, evitar afectaciones por las disputas sino-americanas y para cumplir con las normas del T-MEC.
Sin embargo, advierte que el consumo y la industria en los Estados Unidos han comenzado a mostrar señales de debilidad, en función de la erosión del poder adquisitivo y el apretamiento monetario.
El efecto de la inflación, el alza en tasas de interés y la incertidumbre también impactarán a la demanda interna. Así, la desaceleración en exportaciones, consumo e inversión implicará un menor crecimiento en la producción industrial durante el 2023
concluye Ve por Más.
