CIE, ¿en busca de ayuda?
Inevitablemente, Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) tendrá que buscar alternativas urgentemente para mantenerse a flote porque la contingencia sanitaria complicó todavía más la situación de quien en su momento fuera un ejemplo de crecimiento e integración vertical y horizontal de los espectáculos en vivo.
La pandemia prácticamente remató a la empresa de Alejandro Soberón, que desde antes de la pandemia ya había disminuido progresivamente su oferta de grandes conciertos y que tiene en el Gran Premio de Fórmula 1 a uno de sus pocos alicientes, aunque limitado por los altos costos que implica y este año por la obligada interrupción.
Lo que comienza a sonar es que Inbursa, que ahora es el principal tenedor de acciones de CIE, sería el primero en analizar opciones de apoyo para la compañía que hay que recordar que además tiene que lidiar con la frustrada operación con Live Nation para la venta de su participación accionaria en Ocesa, la subsidiaria más importante, y donde también Grupo Televisa pretendía desinvertir su posición.
Fibra Uno, mucho poder
Si hubiera duda del crecimiento del comercio electrónico en el mundo y en México por la cuarentena habría que preguntarle a Fibra Uno de Gonzalo Robina, que en plena contingencia sanitaria cerró un contrato de largo plazo con el gigante Amazón con 45,000 metros cuadrados en su parque industrial TepozPark, y además ya están negociando acuerdos similares con otros participantes del mercado, además de clientes industriales y de manufactura.
Falsas promesas
Resulta que toda la expectativa positiva que había auto generado desde el inicio del roadshow de Fibra Opsimex se esfumó en cuestión de días y no necesariamente por los fundamentales de la empresa, su plan de negocios o el toque de Carlos Slim Helú, sino por la sequía y falta de interés en el mercado nacional de valores y en las colocaciones en general, incluso de deuda.
Los inversionistas tienen más bien la mira puesta en los mercados de Estados Unidos y en especial en las empresas tecnológicas que siguen marcando niveles récord. Incluso lejos de las primeras versiones, llenas de optimismo, los colocadores de la oferta de la fibra incluso analizaron cancelar el proceso ante la falta de apetito porque algunos intermediarios cancelaron sus posturas que ya tenían anotadas en el propio libro, lo que ocasionó una serie de retrasos en los trámites que levantaron las sospechas de una potencial suspensión, y habrían sido los propios fondos de Inbursa los que salvaron la operación al absorber una parte muy importante de los instrumentos.
Lo grave es que la oferta previa, la de acciones de Cox Energy en BIVA, tuvo un comportamiento similar porque no se cumplieron las metas originales e igual se había reportado una alta demanda que no era tan sólida porque en la recta final se moderó.
Y tanto la BMV como BIVA, tratan de “vender” de mejor manera sus respectivas colocaciones con mensajes optimistas cuando en realidad ninguna logró el objetivo pese a los esfuerzos de promoción. Para poner en contexto la forzada oferta de Fibra Opsimex, el monto recaudado fue 25% menor a lo estimado en la parte alta de la oferta y 12% tomando en cuenta el mínimo esperado y la falta de demanda también eliminó la opción de sobreasignación.
Para el caso de Cox Energy, la expectativa original era recaudar hasta 1,150 millones de pesos, y al final sólo logró 452 millones de pesos, aunque en el caso de la empresa de energía solar se sabe que hubo irregularidades en el proceso de colocación y la posterior operación de los títulos, que por cierto ha sido extremadamente baja, situación que enfrentó a las dos bolsas. En una siguiente entrega contaremos la historia.
Nota del editor: Sobre la colocación de Cox Energy, la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), comenta a EL CEO:
“La emisora Cox Energy Americas cumplió con todos los requisitos legales y regulatorios exigibles, en virtud de lo cual la CNBV (autoridad reguladora y supervisora) verificó el absoluto cumplimiento y apego al marco normativo aplicable, por lo que le otorgó la inscripción de sus valores en el Registro Nacional de Valores”.