Por: Liz Cervantes y Ángel Alcántara

Quiero Casa tiene sus cimientos más sólidos que nunca.

La constructora especializada en vivienda media y de interés social ve una oportunidad para consolidarse como la desarrolladora con la mayor participación de mercado en la Ciudad de México con ayuda de la regeneración de 11 corredores urbanos que impulsa el gobierno local.

La empresa comandada por José Shabot Cherem tiene una amplia ventaja frente a otras desarrolladoras que operan en la capital del país, ya que consideran que su especialidad es la construcción de unidades más asequibles, mientras que la mayoría de las competidoras en la búsqueda de mayor rentabilidad, prefieren dirigir su negocio al segmento residencial y residencial plus.

“Nuestro ticket está en los 1.8 millones de pesos, que constituye el 70% del total de vivienda que hacemos, el resto tiene un costo superior a este monto”, comentó David Hoffs, director corporativo de Quiero Casa.

La desarrolladora escritura de forma anual cerca de 1,200 viviendas en zonas estratégicas de la ciudad, en donde la plusvalía y la ubicación son los principales factores para decidir su construcción.

Algunos de los puntos en donde tienen presencia son: Azcapotzalco, Iztacalco y colonias como Buenavista, San Rafael y Cuauhtémoc.

La oportunidad de los nuevos corredores

Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México presentó en agosto una iniciativa para regenerar 11 corredores interurbanos que están subutilizados y que cuentan con potencial para desarrollar vivienda de menor costo.

La idea es que a través de incentivos fiscales los proyectos que sean desarrollados en esas zonas contengan al menos 30% de vivienda de interés medio o de bajo costo. Los corredores son Centro Histórico; San Cosme; Chapultepec; Reforma Norte; Eje Central; Pino Suárez-Tlalpan; Tacubaya; Vallejo; Atlampa, Tacuba y Zona Rosa. Se estima que la medida detone 45,000 millones de pesos en inversión.

Aunque esa medida puede significar un incremento en el número de constructores de ese segmento, no es algo que le preocupe a Quiero Casa.

La principal razón es que la demanda de vivienda en la CDMX es demasiado alta. El mercado nos da la vuelta, si todos produjeramos el doble de vivienda seguimos sin dar a basto ,

comentó Hoffman.

Por la creación de hogares, divorcios y otras dinámicas poblacionales de la Ciudad se requieren entre 40,000 y 50,000 viviendas al año, sin embargo la producción es de 16,000 unidades al año, además de lo que absorbe el mercado secundario, es decir las casas de segundo uso que son aproximadamente 20,000 viviendas, de acuerdo con información de la consultora inmobiliaria Softec.

A lo que se suma la nula producción de vivienda de interés social, pues de acuerdo con las cifras de la consultora, la producción de vivienda nueva se ubica en rangos de precio superiores al 1.9 millones de pesos.

La Comisión Nacional de Vivienda considera al segmento de interés social las unidades de menos de 350,000 pesos.

La popular está en el rango de 350,000 a 500,000 pesos, y la tradicional tiene un valor de 900,000 pesos, pero en la CDMX estos precios no se respetan, por una demanda mayor a la oferta, así como los sobreprecios por las detenciones de obras y obtención de permisos.

“Sin embargo, en nuestros registros desde hace años no existe producción de vivienda de este costo en la Ciudad de México”, dijo Claudia Velázquez directora de Operaciones de Softec, así el promedio de precio de las viviendas es de 4.5 millones de pesos.

Esta medida abre la puerta a un mercado completamente desatendido, de manera que más desarrolladores podrían caber adecuadamente por la gran demanda existente

Claudia Velázquez.

El principal reto para Quiero Casa como para los competidores que se sumen al desarrollo de vivienda de bajo costo será la adquisición de la tierra a un costo accesible, factor señalado como uno de lo principales causantes del incremento de precios en la ciudad.

“Lo más complicado será la tierra, tanto la cantidad, disponibilidad, densificación, uso de suelo y sobre todo el precio porque puede pasar que los particulares tengan idea de vender a precio de oro y eso es lo que ha pasado, que la reconversión de la tierra no ha ido a la par del ritmo de crecimiento de la Ciudad de México” comentó Velázquez.