Se estima que en el país existen alrededor de 14 millones de viviendas con algún tipo de rezago, es decir, que requieren de algún tipo de modificación, ampliación o reparación.

No es el único reto, la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) con miras a presentar en los próximos meses una nueva política de vivienda ha identificado otros retos.

Román Meyer, titular de la dependencia, destacó durante el foro ‘Transformación de la vivienda social’ que observan accesibilidad desigual a la vivienda, escasez de reservas territoriales bien ubicadas, falta de equipamiento urbano y de espacios públicos, así como irregularidades en la tenencia de la tierra, además de las 500,000 viviendas abandonadas que tiene contabilizadas el Infonavit.

Un primer paso para comenzar a abordar esos retos es el desarrollar una industria de regeneración urbana, comentó durante el evento Alfonso Irachieta, director del Centro Eure y actual miembro del consejo de especialistas de la SEDATU.

“Creo que hay condiciones en este país para que los desarrolladores generen y pongan en marcha nuevas alternativas” en las que se puedan generar también rendimientos, donde la vivienda sea un sector integrado, no solo con la construcción, sino con planeación territorial y movilidad.

Alejandro Ruiz, representante del Instituto de Planeación de Tijuana, destacó que esas alternativas tendrán que surgir de manera local, aunque se puede comenzar por flexibilizar mecanismos de uso de la propiedad, y seguir trabajando en la certeza jurídica.

Los panelistas consideraron que un ejemplo de nuevas alternativas generadas por desarrolladores puede ser Grupo MIA, empresa mexicana que le ha apostado al acompañamiento técnico en autoproducción en zonas rurales en México.

Guillermo Jaime, director del grupo, destacó que uno de los objetivos es dignificar la vivienda rural, no sólo para detener el crecimiento de las ciudades sino porque el consumo de productos básicos requiere de personas que se dediquen a las actividades productivas relacionadas con agricultura, pesca, ganadería, entre otras y estas deben contar con calidad de vida digna.

De acuerdo con datos que proporcionó, Grupo MIA ha logrado apoyar a más de 23,000 familias mexicanas a tener una vivienda adecuada y destacó que el modelo de negocio del grupo le apuesta a la máxima eficiencia de los recursos y a la ganancia por volumen de venta, no por margen de utilidad por unidad de vivienda.

Actualmente operan Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Nuevo León, Tabasco, Baja California Sur y Puebla, aunque ya están trabajando en expandirse a centro y sudamérica.

Consideraron que estas soluciones pueden mitigar los efectos que ha tenido la expansión no planeada de las zonas urbanas.

En los últimos 25 años al menos nueve millones de viviendas nuevas se construyeron a más de 20 kilómetros de los centros de población, lo que genera el rezago en servicios básicos, problemas de movilidad y fuentes de empleo lejanas a los centros de vivienda, de acuerdo con información del secretario Meyer.