El brote de COVID-19 está impactando a la mayoría de las industrias y el sector inmobiliario no es la excepción, aunque sus efectos serán menores a los de otros como el turístico y de consumo.
Según las directivas de CBRE y Coldwell Banker Commercial, una señal positiva es que las operaciones en el segmento de oficinas siguen en marcha.
Para los analistas de CBRE, después de la desaceleración observada en el sector durante el 2019, se tenía la estimación de que la demanda de espacios corporativos se recuperaría al menos 15% durante el 2020, y aunque el brote del coronavirus ha comenzado a cobrar fuerza en el país, hasta el momento no se han cancelado las transacciones ni proyectos de construcción, dijo en entrevista Amy Henderson, vicepresidenta de CBRE.
La contingencia lo que ha hecho es que las operaciones que estaban en desarrollo se han puesto en pausa. Eso es muy importante, que ninguna se ha cancelado sino pospuesto para dentro de un par de meses, cuando esto esté bajo control,
comentó en el mismo sentido Fernanda Trillo, Senior Vice President de Coldwell Banker Commercial.
Sin embargo, esto no quiere decir que no se vayan a presentar cambios en el mercado. Para Henderson uno de los factores que ya se están configurando como decisivos en los espacios y que continuará cobrando relevancia es la hiperconectividad.
Es un aspecto central que está modificando la forma de trabajar y por lo tanto la oferta y demanda de los espacios de oficina. El cambio en los próximos años no sólo será de forma sino de fondo,
indicó.
Por otro lado, Fernanda Trillo observa que pese a la pausa siguen existiendo oportunidades para el sector inmobiliario.
“Los bienes raíces se van a presentar como una oportunidad, primero porque los mercados financieros han sufrido mucho. Una inversión en bienes raíces no se pierde y con el tiempo se llega a tener plusvalía” comentó Trillo.
Especialmente en el segmento de oficinas se espera que la contingencia no solo no paralice sino que mueva a los arrendatarios, pues por un lado prevén un ajuste a la baja en los precios de salida (no hay estimaciones todavía de cuánto podrían descender) lo cual motivará a algunos clientes a cambiar de ubicación al optar por un edificio de mayor calidad o moverse a otra zona.
En un escenario no tan favorable para las empresas, tras la contingencia algunas de estas reducirán su plantilla de capital humano, lo cual también motivará a la búsqueda de un espacio más óptimo según las nuevas necesidades de la organización .
Respecto a las fluctuaciones del tipo de cambio Trillo comenta que no hay por ahora un efecto estimado del incremento, ya que aunque algunos corredores, principalmente en Ciudad de México, están tasados en dólares, los contratos varían de arrendador a arrendador, aunque se pueden dar negociaciones para prolongar los contratos y que ninguna de las partes se vea afectada por el incremento del precio del dólar.
Ambas coincidieron en que los espacios de coworking seguirán en el mercado sin demasiadas afectaciones, pues esta fluctuación de arrendatarios podrá eventualmente beneficiarlos.