¿Unidad o pacto de impunidad?: el mensaje oculto en el regreso de AMLO

Con la presentación de su nuevo libro, titulado ‘Grandeza’, Andrés Manuel López Obrador reapareció en los reflectores con su estilo inconfundible: aplomo, nostalgia y un llamado frontal a la unidad. Con frases como “todavía es temporada de zopilotes”, el expresidente lanzó un espaldarazo a Claudia Sheinbaum Pardo y convocó a “blindar” lo que definió como la causa de su vida.
Pero la pregunta que abre la discusión es inevitable: ¿a quién llama realmente a la unidad? En los últimos meses han estallado señalamientos e investigaciones que salpican a miembros del núcleo del tabasqueño, incluido el senador Adán Augusto López Hernández y los hijos del expresidente: Andrés “Andy”, Gonzalo Alfonso “Bobby” y José Ramón López Beltrán.
El escándalo del llamado huachicol fiscal se ha convertido en una de las crisis más serias para la credibilidad del proyecto de la autodenominada Cuarta Transformación. Se calcula que entre 2019 y 2024 México dejó de recaudar alrededor de 554,750 millones de pesos en impuestos especiales asociados a combustibles importados y no regularizados. Los señalamientos también alcanzan a empresarios y exfuncionarios de la Marina colocados durante el sexenio de López Obrador, hoy vinculados al tráfico de influencias en aduanas.
A esto se suma una denuncia formal presentada por legisladores del PAN que señala a los tres hijos del expresidente como presuntos responsables de contrabando de hidrocarburos, delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito. Y aunque los hermanos han negado las acusaciones —y rechazan haber promovido amparos—, las crecientes tensiones con la presidenta Sheinbaum evidencia una fractura dentro del proyecto político creado por su padre.

López Obrador y la salida de Gertz Manero
La reaparición pública de Andrés Manuel López Obrador ocurre apenas unos días después de que, el 27 de noviembre, Alejandro Gertz Manero presentó su renuncia como titular de la Fiscalía General de la República (FGR), cargo que ocupaba desde 2019 con el respaldo del expresidente.
Según la versión oficial, el temido y respetado exfiscal aceptó una embajada —presumiblemente la de Alemania—, un giro inesperado para alguien de 86 años y con enorme influencia política.
Su sustitución inmediata por Ernestina Godoy —exconsejera jurídica de la Presidencia y figura cercana a Sheinbaum— como encargada de la FGR ha despertado inquietudes, pues ocurre en el momento en que la investigación del huachicol fiscal podría alcanzar a figuras del oficialismo.
Cabe señalar que una de las razones de la dimisión de Gertz Manero —que fue negociada por el propio Adán Augusto López— fue el cúmulo de filtraciones de expedientes sensibles que destaparon redes de corrupción, vinculadas con el círculo de AMLO.
La llegada de Godoy a la FGR representa un movimiento estratégico de la presidenta Sheinbaum, al tratarse de una persona incondicional y de toda su confianza. Pero al mismo tiempo genera cuestionamientos sobre la dirección para tratar los asuntos delicados y pendientes de la Fiscalía.
Por eso, el retorno simbólico del expresidente envía señales ambiguas a la ciudadanía, pero también a los inversionistas: ¿se busca proteger a los señalados o se actuará con transparencia, deslindes claros y sanciones? Cuando la frontera entre gobierno, partido y familia se diluye, el riesgo se vuelve real, y el costo puede ser tanto económico como institucional.
En este contexto, el llamado a la unidad —evocado en tono casi mesiánico por López Obrador— puede interpretarse no como una invitación a la cohesión ciudadana, sino como un mecanismo de blindaje interno, de contención y de reacomodo de lealtades.
Aeroméxico, Volaris y Viva, mal y de malas
El panorama para las aerolíneas mexicanas se tornó aún más complicado con el nuevo problema derivado del caso Airbus. Recientemente, el fabricante de aviones emitió una alerta global tras detectar posibles fallos en los sistemas de control de vuelo de sus modelos A319, A320 y A321, debido a exposición a radiación solar, lo que obligó a una actualización inmediata de software en miles de aeronaves. En México, Volaris y Viva Aerobus confirmaron que 183 de sus aviones —93 de Viva Aerobus y 90 de Volaris— fueron sometidos al ajuste técnico exigido.
Ese episodio, que generó cancelaciones y retrasos temporales, se suma a un año ya de por sí turbulento para las aerolíneas nacionales, por una conjunción de factores difíciles: regulación internacional, disputas de slots y decisiones externas.
En ese contexto, la disputa con el U.S. Department of Transportation (DOT) ha puesto a las aerolíneas mexicanas contra la pared. En 2025, el DOT revocó 13 rutas operadas por Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus, además de congelar nuevas autorizaciones desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) hacia Estados Unidos, como represalia a lo que considera violaciones al acuerdo bilateral. También está en la mesa reconfiguración reciente de slots en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM).
Golpe bursátil
Para Aeroméxico, este contexto llega justo cuando intentaba retomar el vuelo. La aerolínea que capitanea Andrés Conesa debutó en la Bolsa de Nueva York (NYSE) el 6 de noviembre pasado, con la expectativa de abrirse a nuevos inversionistas. Pero las turbulencias han ensombrecido su tan esperada Oferta Pública Inicial, y es que sus acciones no despegan desde el comienzo de su cotización. Lo mismo sucede con Volaris, cuyos títulos acumulan una minusvalía de 15% en el transcurso de 2025.
Para el conjunto del sector aéreo mexicano, la lección es clara. Si no se resuelven de fondo las solicitudes de Washington, el costo no será solo operativo, también financiero, reputacional y de conectividad internacional.
Lee más de #InsiderFinanciero:







