Las emisiones de óxidos de azufre de Petróleos Mexicanos (Pemex) registraron un incremento de 23.8% durante 2024, en comparación con el año anterior, reflejando un deterioro en los estándares ambientales de la empresa estatal.
De acuerdo con el informe financiero del último trimestre del año pasado, la petrolera dirigida por Víctor Rodríguez Padilla generó un total de 1,354.7 toneladas métricas (Mt) de óxidos de azufre, mientras que en 2023 la cifra había sido de 1,094 Mt, lo que representa un aumento de 260.7 Mt en solo un año.
El dióxido de azufre es un contaminante atmosférico con efectos nocivos tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Según Greenpeace, este gas puede irritar el sistema respiratorio, agravar enfermedades pulmonares y, al reaccionar con el agua, formar compuestos peligrosos como el ácido sulfúrico y el ácido sulfuroso, responsables de la lluvia ácida y de la degradación de ecosistemas.
La exposición prolongada a altas concentraciones de dióxido de azufre, señala la asociación, puede provocar problemas en las vías respiratorias y contribuir al desarrollo de enfermedades como el asma.
Pemex justifica el aumento y promete inversión en 2025
Durante la conferencia con inversionistas en la que se presentó el reporte financiero, la directora de finanzas de comercio internacional de Pemex, Martha Agiss, atribuyó el incremento en las emisiones a problemas operativos en las plantas recuperadoras de azufre.
“Esto se debe a la intermitencia en la operación de las plantas recuperadoras de azufre”, explicó Agiss, sin detallar cuánto tiempo han estado afectadas estas instalaciones ni las razones específicas de la intermitencia.
Sin embargo, la directiva adelantó que Pemex ya contempla realizar inversiones para mejorar la capacidad de estas plantas durante el primer semestre de 2025.
Es importante compartirles que Pemex ya contempla inversiones para la rehabilitación de estas plantas en el primer semestre de este año
aseguró.
Los resultados de Pemex
Durante 2024, Pemex registró una pérdida neta por 620,605 millones de pesos, lo que significó un fuerte retroceso luego de las ganancias de 8,151 millones de pesos registradas al cierre de 2023.
Este resultado obedece principalmente a los siguientes factores: una caída en las ventas de aproximadamente 41,000 millones de pesos, un incremento en el costo de ventas de 87,000 millones de pesos, incluyendo el impacto del deterioro de activos, así como un aumento en los gastos de operación por 15,000 millones de pesos.
Asimismo, la deuda de la petrolera paraestatal con proveedores llegó a 506,153 millones de pesos, un incremento de 37.4% anual.
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