La política monetaria restrictiva del Banco de México (Banxico) ha logrado controlar los niveles de inflación, lo que a su vez ha permitido al país pagar una tasa real positiva que es atractiva para los inversionistas. No obstante, el diferencial respecto a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se achica, lo que presiona la cotización del peso mexicano.
Con la elevada tasa de interés de Banxico, en 9.50% y una inflación en 3.6% anual, la tasa real se ubica en 5.9% para inicios del 2025.
A nivel regional, México ofrece la segunda tasa real más elevada solo por detrás de Brasil (8.7%), resultado de una tasa de interés en 13.25% y una inflación en 4.6%.
Debajo de México se ubica Colombia, con una tasa en 4.3%; Perú en 2.9%, y Paraguay, 2.2%, según un análisis realizado por EL CEO.
En Estados Unidos, la tasa real es de 1.6% y en Canadá, de 1.2%, aunque dichos países actualmente tienen las menores tasas de interés, entre las principales economías del continente americano: 4.5% en el rango superior de la Reserva Federal y de 3.0% con el Banco Central de Canadá.
Desde 2021, Banxico comenzó con su ciclo alcista a la tasa de interés llevándola hasta el máximo de 11.25% desde abril del 2023 a marzo del 2024, a fin de aminorar las presiones inflacionarias, que en su punto más alto llegó a 8.7% entre agosto y septiembre del 2022.
¿México seguirá pagando rendimientos altos?
El largo camino de la lucha contra la inflación, con la tasa de interés elevada y la reciente moderación de los precios, ha permitido al país pagar rendimientos atractivos.
El economista en jefe de Rankia LATAM, Humberto Calzada, explicó que, a pesar de los recortes a la tasa de referencia de Banxico, la postura sigue siendo restrictiva y la tasa real positiva es un reflejo del spread entre la inflación y la tasa de interés, que se mantendría en niveles altos durante este año.
Para los inversionistas es positivo porque esto beneficia la entrada de flujos en bonos mexicanos
explicó Calzada.
Con las perspectivas actuales se prevé que la tasa de interés cierre el año en 8.50% y una inflación en 3.9% anual, con lo que la tasa real sería de 4.6%, que “sigue siendo atractiva”, según Calzada.
Una de las ventajas del mercado mexicano es que la trayectoria de la inflación es a la baja, contrario a Brasil que, si bien tiene la tasa real más alta, los precios al consumidor han repuntado en meses recientes.
Hay una ganancia para los inversionistas sobre el poder adquisitivo; estamos en una coyuntura en la que se le está ganando a la inflación en términos reales
indicó Calzada
Presión al peso, la otra cara de la política de Banxico
A pesar del atractivo de la tasa real, el peso mexicano recibe presión a medida que el diferencial entre la tasa de referencia de la Fed y Banxico se reduce.
Con el movimiento de Banxico en la última decisión de política monetaria, la diferencia entre la tasa de la Reserva Federal y de su homólogo mexicano se ubicó en cinco puntos porcentuales, la más baja desde diciembre de 2021, cuando comenzó el periodo de alzas para contener la inflación.
El diferencial de tasas más alto se experimentó en marzo de 2023, calculado en 6.50 puntos, cuando Banxico tenía un referente de 11.25% y la Fed de 4.75%. Una alta magnitud en este indicador habitualmente se asocia con una mayor entrada de capital extranjero buscando rendimientos más altos.
De acuerdo con el analista de mercados de Pepperstone, Quásar Elizundia, el diferencial de 2023 fue clave en la consolidación del entonces llamado ‘superpeso’ con el tipo de cambio tocando niveles por debajo de las 17 unidades por dólar, aunado al auge del nearshoring.
Por este motivo y como contraparte, la reducción del diferencial de tasas incrementa la vulnerabilidad del peso, especialmente ante episodios de nerviosismo y aversión al riesgo.
Si consideramos que la tasa de referencia en México podría descender hasta el 7.5% y las perspectivas apuntan a un posible único recorte de tasas en 2025 por parte de la Fed, el diferencial continuaría estrechándose. Esta dinámica podría exacerbar la exposición del peso mexicano a las crecientes incertidumbres del panorama global
dijo el experto.
Además de tasas, incertidumbre afecta al peso
El analista de mercados financieros de ATFX LATAM, Felipe Mendoza, coincidió en que una postura restrictiva de Banxico, combinada con tasas estables en Estados Unidos, podría impulsar el precio del dólar en el corto y mediano plazo; sumado a la incertidumbre comercial provocada por los amagos de Donald Trump sobre imponer aranceles.
Si bien el diferencial de tasas afecta a la cotización del peso respecto al dólar, también juegan factores como la estabilidad económica en Estados Unidos –que impulsa a la moneda norteamericana– y la volatilidad dentro de México, explica.
El peso mexicano enfrenta un riesgo adicional por la imposición de aranceles a ciertos productos por parte de Estados Unidos, lo que podría afectar las exportaciones mexicanas y generar salidas de capital. Esto se traduce en una depreciación del peso frente al dólar, especialmente si los inversionistas perciben mayores riesgos para la economía mexicana
comenta el especialista.
De acuerdo con datos de Banxico, el peso mexicano cerró la jornada del pasado martes con una apreciación de 0.28% ante el dólar, con el tipo de cambio en 20.5392 unidades.
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