Después de casi cuatro años fuera de una de las metas de política monetaria, la inflación anual de México inició 2025 como terminó 2024: dentro del rango objetivo de Banco de México (Banxico).
Sin embargo, los amagos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump de un arancel general de 25% para todos los productos de México tan pronto como este 1 de febrero, complica el panorama inflacionario, principalmente por el efecto en el tipo de cambio.
En otras palabras, la incertidumbre provoca la volatilidad del peso mexicano, impactando directamente a las importaciones que realiza el territorio mexicano de mercancías tanto alimenticias como no alimenticias.
Ante la elevada integración económica de México con el vecino país del norte, de concretarse políticas que afecten los flujos comerciales y financieros entre ellos, habría repercusiones sobre las condiciones macroeconómicas del país. De materializarse políticas de ese tipo, el efecto sobre la actividad económica nacional sería negativo
explica Banxico en su programa de política monetaria 2025 presentado este mes.
Sobre la inflación, el banco central detalla habría efectos contrapuestos, pues por una parte, la mayor debilidad económica tendería a moderar las presiones sobre los precios, mientras que una mayor depreciación cambiaria representa un riesgo al alza para la inflación.
Inflación, dentro del objetivo
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) creció 3.69% a tasa anual en la primera mitad de enero del año en curso.
Dicha variación de los precios de bienes y servicios significó la tasa de crecimiento más baja desde la segunda quincena de febrero de 2021, es decir, en los últimos 46 meses y medio.
Pero el punto más relevante es que hiló su segunda quincena dentro del rango inflacionario de Banxico, de 3% +/- un punto porcentual, tras permanecer 45 meses y medio (91 quincenas) fuera de éste.
La importancia de lo anterior es que se logra, por el momento, el objetivo prioritario de la institución central de México, que es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional con el apoyo de su política monetaria.
Las mayores presiones
Para Banco Base, las mayores presiones se relacionan con la depreciación del peso y la posibilidad que el tipo de cambio siga subiendo, lo que suele afectar tanto a mercancías alimenticias como no alimenticias por el alza en los costos de importación.
Cabe recordar que muchas mercancías alimenticias dependen de insumos o productos traídos del extranjero, mientras que las mercancías no alimenticias (particularmente bienes duraderos y semiduraderos) también son sensibles a las variaciones en el tipo de cambio
señalan analistas del grupo financiero.
El tipo de cambio mostró una notable volatilidad en el cierre de 2024 y comienzos de 2025, alcanzando un máximo de 20.9072 pesos por dólar el 31 de diciembre, tras los resultados de las elecciones en Estados Unidos que dieron a Donald Trump el triunfo.
La incertidumbre aumentó en las primeras semanas del año en curso debido a las amenazas de Trump de imponer un arancel del 25% a las importaciones provenientes de México.
Riesgos en subyacente
Por su parte, especialistas de Banorte expresan que en la inflación subyacente (la brújula de Banxico en la toma de las decisiones de política monetaria), los riesgos están más centrados en el potencial de nuevos aranceles (con las medidas compensatorias pudiendo impactar las categorías), así como en el riesgo de una aceleración del traspaso del tipo de cambio.
El entorno externo continúa siendo una fuente elevada de incertidumbre, con la amenaza de que Estados Unidos impondrán aranceles a las importaciones desde México de 25% tan pronto como el 1 de febrero. Así, seguimos pronosticando -25 puntos base en la siguiente reunión que se llevará a cabo el 6 de febrero, llevando la tasa a 9.75%
ahondaron.
Diversas voces coinciden en que un arancel general de 25% para todos los productos de México implicaría un cambio estructural para la economía mexicana que resultaría en una severa recesión, con una contracción de 12% en las exportaciones y una caída en el PIB anual de 3%.
Así como pérdidas de empleo, incremento de la informalidad a tasas superiores de 60% y de la inseguridad pública, sumándose presiones adicionales en el tipo de cambio.
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