El comercio minorista, principal indicador del consumo de los hogares mexicanos, siguió en atonía en agosto pasado, manifestando un menor gasto particularmente en segmentos como tiendas departamentales y de autoservicio. Estos eventos muestran que la economía del país puede cerrar el tercer trimestre del año con síntomas de debilidad.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los ingresos de los establecimientos al por menor cayeron 0.8% a tasa anual en el octavo mes de 2024.
Este resultado de una de las variables más importantes de la actividad económica de México al expresar el comportamiento del gasto de las familias, representó hilar tres meses con variaciones negativas, la peor racha desde 2020, año de la pandemia de Covid-19.
El dato mostró algunas señales de ralentización en el consumo, escribieron analistas de Monex en un reporte. Explicaron que este movimiento podría estar relacionado con un “fuerte” deterioro en la confianza de los consumidores.
Las ventas minoristas presentarán algunos retos, pero los factores clave para el consumo serán: impulso de la confianza de los consumidores y mayor estabilización de los precios (inflación)
detallaron en un documento.
Gasto cae en la mayoría de ramas
De las 22 ramas económicas del comercio minorista que considera Encuesta Mensual sobre Empresas Comerciales, 13 mostraron descensos anuales en sus ventas durante agosto del presente año.
Los establecimientos que registraron los retrocesos más pronunciados en sus ingresos fueron tiendas departamentales, artículos para el esparcimiento y productos textiles, excepto ropa, con tasas negativas de doble dígito.
En tanto, los negocios con las alzas más elevadas en sus ventas correspondieron a los giros de artículos para la decoración de interiores, artículos de perfumería y joyería y abarrotes y alimentos.
Bajas expectativas
Para los analistas de Ve por Más, en el último trimestre del año, el consumo privado podrá encontrar algo de estabilidad en el bajo desempleo y el avance en salarios. Sin embargo, la creación de empleos se moderó pese a un entorno de crecimiento económico bajo mismo que afecta la confianza del consumidor.
La elevada inflación seguirá erosionando el poder adquisitivo de los hogares y las altas tasas de interés – aunque prevemos que bajen algo más – seguirán limitando el acceso al crédito
explicaron los especialistas.
Agregan que las remesas en dólares pueden perder tracción por el menor dinamismo laboral esperado en Estados Unidos, pero ello, aseguran, puede compensarse por un tipo de cambio más alto.
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