Durante julio pasado, la manufactura nacional, que es el sector económico que más aporta a la economía mexicana, repuntó tras un año con contracciones.
El Indicador Oportuno de la Actividad Manufacturera, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), creció 0.84% a tasa anual en el séptimo mes del año en curso.
Este incremento de la producción fabril del país se dio tras 12 meses consecutivos con disminuciones, etapa de crisis que derivó de la debilidad industrial de Estados Unidos, el principal demandante de México.
Desde junio de 2024 ya se daban las primeras señales de recuperación. Por ejemplo, analistas de Banco Base destacaron el incremento en las remuneraciones del sector manufacturero, que puede interpretarse como un aumento en la productividad laboral, ya que sugiere que los trabajadores están generando un mayor valor por cada hora de trabajo.
Las manufacturas fueron más estables (en el segundo trimestre), con un comportamiento heterogéneo. No obstante, el equipo de transporte se mantuvo como uno de los motores de la categoría
mencionaron estrategas de Banorte.
Reagrupamiento de la manufactura
En entorno de desaceleración económica, altos costos financieros e incertidumbre, tras las elecciones en México y de cara a los comicios en Estados Unidos, puede afectar a la inversión privada.
De forma gradual y en los próximos años, el reagrupamiento industrial apoyará en cierta medida el dinamismo en la inversión fija, si bien su efecto puede ser menor a lo previsto en caso de que se concreten cambios en el marco institucional que erosionen la certidumbre jurídica en el país
señalaron especialistas de Banorte.
Añaden que la exportación continuaría exhibiendo atonía, de acuerdo con indicadores oportunos de la actividad industrial en la Unión Americana. Concretamente, los índices de gerentes de compras del sector manufacturero se mantienen en terreno contractivo. Se estima una mejora en la industria norteamericana hasta 2025.
Efecto rebote
Por su parte, el alza de la manufactura mexicana pudo ser solamente un efecto rebote, por su baja base de comparación, ya que en julio, el índice de la producción industrial de Estados Unidos cayó 0.6% mensual, retrocediendo desde el aumento de 0.3% en junio.
La actividad industrial y manufacturera de julio se vio severamente afectada ante el impacto del huracán Beryl, ocasionando un rezago en la mayoría de los grupos e industrias que integran a dicho indicador. Ante este retroceso, se retoma una lectura de debilidad en la producción, principalmente en los rubros relacionados a los vehículos automotores y partes; y de las industrias petroquímicas
escribieron analistas de Monex.
Hacia adelante, el grupo financiero prevé que será clave los resultados del PMI manufacturero de agosto, lo cual nos dará señales respecto al alcance de este acontecimiento; pues en contraste a otros datos económicos recientes en Estados Unidos, éste podría sumar cierta preocupación sobre una eventual desaceleración.
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