De 2019 a la fecha se han enviado casi 100,000 millones de dólares en transacciones ilícitas por medio wallets de criptomonedas, como el Bitcoin; plataformas que usan los criminales para “lavar su dinero”, debido a su naturaleza transfronteriza, prácticamente instantánea y de bajos costos de transacción, de acuerdo con Chainalysis.
La consultora indicó que, hasta ahora, la cantidad más alta registrada fue en 2022, con 30,000 millones de dólares identificados, en gran parte atribuibles a transacciones que involucran servicios sancionados como la bolsa rusa Garantex.
“El lavado de dinero es una técnica empleada para ocultar el origen de fondos obtenidos a través de actividades delictivas, disfrazando su procedencia y haciendo que parezca legítima los criminales”, explicó en el informe sobre Lavado de Dinero y Criptomonedas 2024.
Mencionó que con esta práctica recurren a las criptomonedas debido a su “naturaleza transfronteriza” ya que es “prácticamente instantánea y de bajos costos”.
Detalló que estos montos representan el valor en dólares de los activos en el momento que salen de las wallets asociadas a actores ilícitos; aunque no incluye transacciones en las que se utilizan criptomonedas para lavar fondos, pero la fuente de la actividad ilícita no está identificada o está fuera de la cadena.
¿Lavado de dinero con bitcoin?
Según el informe sobre Lavado de Dinero y Criptomonedas 2024, se han realizado más de seis millones en transacciones ilícitas a través de estas plataformas intermediarias utilizando stablecoins desde 2022.
Además, existe un aumento pronunciado del valor ilícito a partir de finales de 2023, con cerca de 234 millones de dólares en entradas ilícitas registradas en enero de este año, el valor más alto hasta la fecha, impulsado en gran medida por los fondos que fluyen de Tornado Cash a los puentes.
La firma también pudo identificar más de 1,500 wallets que han recibido un total de 2,600 millones de dólares en bitcoins en 2024; cada uno de ellos ha recibido fondos de al menos diez diferentes carteras.
No podemos decir con certeza que esto represente una actividad de lavado de dinero; de hecho, gran parte de ella probablemente represente flujos económicos legítimos. Pero esta actividad puede justificar un escrutinio adicional,
indicó en el documento.
Si bien algunos ciberdelincuentes pueden mantener sus ganancias mal habidas en billeteras personales durante años (presumiblemente con la esperanza de que las autoridades dirijan su atención a otra parte), la mayoría de los delincuentes buscan desviar fondos de criptomonedas a efectivo.
De hecho, más del 50% de los fondos ilícitos terminan en bolsas centralizadas, ya sea directa o indirectamente después del uso de técnicas de ofuscación.
La darknet y las criptos
En cuanto a la actividad criminal en la darknet y operaciones de ransomware, las wallets intermediarias juegan un papel significativo en este proceso, representando alrededor del 80% del valor total transaccionado en canales de lavado de dinero.
Para evitar que estas transacciones sean rastreadas, los actores criminales usan estrategias de ofuscación criptoactiva a través de herramientas que rompen el vínculo entre el destino y el origen de los fondos, como mezcladores, monedas de privacidad y puentes entre cadenas.
De hecho, el informe muestra que el 50% de estos fondos se dirigen a intercambios centralizados, los cuales reciben más de un millón en volúmenes ilícitos.
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