Todo parece indicar que la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y el Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rogelio Ramírez de la O, ya están en conversaciones sobre la transición de gobierno, particularmente sobre cómo reducir la deuda pública.
Recientemente, el subsecretario de la SHCP, Gabriel Yorio dio un diagnóstico a medios de comunicación sobre el ratio deuda como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) donde dijo que se encuentra estable, como se mantuvo a lo largo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Además, parece que la próxima mandataria ya tiene definidos los criterios generales de lo que será su programa económico, mismo que se dará a conocer en octubre cuando inicie su administración federal.
De acuerdo con proyecciones de Rogelio Ramírez de la O, la deuda como porcentaje del PIB se ubicará en 50.2% en 2024 y en el 2025.
A propósito de adelantar los planes de Sheinbaum junto con Ramírez de la O, Yorio “presumió” que la economía mexicana ha estado creciendo entre un 2% y 3% y aprovechó para destacar la solidez de las variables económicas sumadas a la política monetaria que se encuentra coordinada con la política fiscal.
Pese a que recientemente el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) dio a conocer que la inflación general y subyacente aceleraron en la primera quincena de junio, el subsecretario de Hacienda mencionó que están bajando al tiempo que el desempleo se encuentra en niveles mínimos.
Donald Trump, ¿frena inversión en México?
Trascendió que algunas inversiones en México se han detenido debido al proceso electoral en Estados Unidos. Ciertas empresas de origen extranjero –especialmente asiáticas– pondrán en stand-by anuncios de construcción y edificaciones en territorio nacional hasta que sea elegido el próximo presidente del país vecino.
¿La razón? Parece que se tomará un rumbo cada vez más radical para las campañas. Y es que, según expertos, cuando las tendencias de votación son poco claras y se enfrentan personalidades bien respaldadas –como Trump y Biden– entonces vienen las propuestas extremistas y nacionalistas para generar simpatía entre los votantes sureños y patriotas.
Con la posibilidad de que cualquiera de los dos personajes pudiera prohibir (más) la importación de productos, cerrar la frontera o sancionar económicamente a México, los actores podrán dejar pausadas sus inversiones. ¿Será esta la razón por la que Tesla o BYD todavía no ponen la primera piedra en el país?
Aunque se apunta a que todos los tratos se reanudarían una vez que las aguas se calmen, si es que se calman.
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