La promesa de seguridad y eficiencia energética, que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió, probablemente cerrará el sexenio con este pendiente. Lo anterior ante la falta de operaciones y resultados en la Refinería Olmeca de Dos Bocas, Tabasco. 

A ello se suma la discusión sobre el futuro de la Refinería de Caderayta, en Nuevo León.

De acuerdo con un análisis de PetroIntelligence, el actual discurso gubernamental federal cerrará el sexenio vulnerable en en torno a la seguridad y soberanía energética. Esto por medio del incumplimiento de los plazos para la puesta en operación de la refinería de Dos Bocas en Tabasco. 

Gobierno de AMLO adjudica directamente contratos en refinería de Dos Bocas
AMLO-Dos Bocas (Fotoarte: Andrea Velazquez)

Según información proporcionada por el gobierno federal, el plan maestro del proyecto establecía una duración de tres años, con el inicio de la construcción programado para julio de 2019 y una finalización estimada para el 22 de julio de 2022. 

Asimismo, se proyectaba que la refinería comenzara operaciones en 2023, con una capacidad de refinación inicial de 340,000 barriles de petróleo diarios.

Sin embargo, ya arrancado el 2024 la refinería no ha generado los barriles prometidos, incluso, en enero de este año AMLO pateó la fecha para finales de febrero.

El analista en energía, Ramses Pech, estimó que esto podría ocurrir a finales del primer trimestre e incluso, en un panorama menos, favorecedor hasta el segundo semestre.

Hay que partir que desde antes de asumir la presidencia, AMLO dejó en claro el enfoque en impulsar la economía del país hacia el sector hidrocarburos y de tener seguridad energética, mencionó Alejandro Montufar Helú. 

Este compromiso se reflejó en el anuncio de la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, con el objetivo de reducir la dependencia de las importaciones de gasolina.

“Esto no se cumplió y es ahí es el punto a señalar, que no logró este cometido. Es una carga que ha tenido durante todo el sexenio”, dijo Ramses Pech.

Seguridad energética de AMLO pendiente

De acuerdo con Montufar Helú, si bien el concepto de seguridad energética no es nuevo, ha cobrado mayor importancia en los últimos años, especialmente a raíz de los acontecimientos geopolíticos como la guerra entre Rusia y Ucrania. 

En este contexto, la seguridad energética se ha convertido en un tema prioritario para muchos países, incluido México, que buscan fortalecer su autonomía y estabilidad en el suministro de energía.

“La seguridad energética es un concepto que no solamente se ha puesto de moda en México, si no es un concepto que cobró importancia derivado de la guerra de Rusia y Ucrania. En este sexenio México en materia de discurso y presupuesto priorizaron proyectos, pero no se han cumplido las metas”, detalló.

A la par, el panorama empeora ahora que se agrega un tema sobre la mesa: la refinería que es más rentable. Cadereyta se está poniendo “en el ojo del huracán”.

Recientemente, Nuevo León comenzó un proceso legal porque la refinería de Cadereyta ha reportado un incremento en la emisión de contaminantes y ser responsable de daños a la salud pública.

De hecho, la Cámara de Diputados ya entregó la constancia para iniciar el proceso de consulta popular destinado a abordar la reubicación de la Refinería de Cadereyta.

Esto sucedería con Dos Bocas

Utilizando datos del Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía, a corte de diciembre de 2023, EL CEO llevó a cabo un ejercicio para evaluar el impacto actual que se hubiera tenido en la producción nacional de gasolinas y diésel si la Refinería Dos Bocas hubiera operado en el año el que se prometió su funcionamiento.

Partiendo del punto de que el país cuenta con seis refinerías. Estas son: Cadereyta en Nuevo León, Tula en Hidalgo, Minatitlán en Veracruz, Salamanca en Guanajuato, Salina Cruz en Oaxaca y Madero en Tamaulipas.

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Ante este escenario, únicamente contando la producción de gasolina y diesel, la participación en materia de la producción total, es la siguiente: 

Cadereyta abarca 27.9% de la producción, equivalente a 119,000 barriles diarios, Tula con 19.5%, con 83,500.

Minatitlán con 17.6%, que representa 75,300 barriles diarios, Salamanca con 14.7%, que son 62,800 barriles, Salina Cruz con 14.1%, que son 60,400, y Madero con 6.3%, con 6,300. 

Si Dos Bocas hubiera ya estuviera operando, con una capacidad de 243,000 barriles diarios, estaría en la primera posición, con una participación de 36.2%, desplazando a Cadereyta, quedando con 17.8%.

Seguido de Tula con 12.4%, Minatitlán con 11.2%, Salamanca con 9.4%, Salina Cruz con 9% y Madero con  4%. 

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