Las fuerzas armadas controlarán el espacio aéreo mexicano después de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asignó diversos aeropuertos a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la Secretaría de Marina (Semar).
En total, son 20 recintos que están bajo la tutela del ejército —antes operados por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA)—, una modificación que sucede a las reformas para las leyes de aviación civil que se realizaron en abril pasado, donde se determinó que el gobierno federal podía operar instalaciones aeroportuarias.
Después de ello, se informó sobre la creación de la empresa estatal Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica (GAFSACOMM), a cargo de la Sedena, para que administre, opere, explote y en su caso, construya los recintos aeroportuarios.
En el Diario Oficial de la Federación (DOF) se informó esta semana sobre la entrega de diversos aeropuertos a la empresa estatal; los últimos tres aeropuertos anunciados son el de Campeche; Nogales, en Sonora y el de Ciudad Victoria, en Tamaulipas, que serán controlados por la Sedena.
Algunos de los aeropuertos que controla la Semar, además del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), son el de Ciudad del Carmen, en Campeche; Guaymas, en Sonora; Toluca, en el Estado de México, entre otros.
Ejército, ¿competencia para otros grupos aeroportuarios?
De acuerdo con Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas (INIJA), mantener a GAFSACOMM resulta costoso para el gobierno federal, además de que su creación se convierte en competencia para otros grupos aeroportuarios en el país.
Por otro lado, Juan Carlos Machorro, socio de la firma legal Santamarina y Steta, experto en derecho aeronáutico y aeroportuario, comentó que muchos de los aeropuertos que se pusieron en manos de las fuerzas armadas son de bajo tráfico, por lo tanto, no generan muchas utilidades.
Con esta empresa creada a cargo de la Sedena, no entendemos por qué el gobierno tiene que operar aeropuertos cuando los grupos privados lo han hecho en forma correcta
dijo Juan Carlos Machorro, en entrevista.
No obstante, destacó que el aeropuerto de Tulum, que se inaugurará a finales de 2023 de acuerdo con proyecciones de AMLO, podría ser un recinto con viabilidad, ya que va a tener vida propia con independencia del aeropuerto de Cancún, que es el segundo más importante del país.
Para el analista del sector aéreo, Carlos Torres, la conformación de “dos nuevos grupos aeroportuarios” a partir de la desincorporación de algunos aeropuertos de ASA, contempla el reto de una mayor inversión para que se haga efectiva la presencia de las fuerzas armadas.
De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024, la estatal Olmeca-Maya-Mexica recibirá una inversión de 15,172.8 millones de pesos para el próximo año; a la Sedena propone asignarle 259,433.8 millones de pesos, y a la Semar 71,888.2 millones de pesos.
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