La edición 2023 del Buen Fin llega con expectativas de ventas moderadas, en un contexto donde la demanda de crédito al consumo ha mantenido el dinamismo, pero persisten las presiones en los bolsillos de los mexicanos por la inflación.
La campaña de descuentos que en 2022 quedó por debajo de la meta planteada por autoridades y asociaciones, apunta a un incremento de 5% en las ventas en esta edición, rondando los 141,000 millones de pesos.
El problema es que venimos de un ambiente inflacionario pesado durante los meses anteriores; si bien en los últimos datos se ha reducido, no te quita el efecto acumulativo. Estadísticamente la inflación está abajo del 5%, pero en tu bolsillo no se siente así
dijo en entrevista Carlos Hermosillo, analista independiente del sector consumo.
Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico de Grupo Monex, coincidió en que la perspectiva de resultados del evento que se llevará a cabo del 17 al 20 de noviembre es positiva por la fortaleza del consumo privado, pero no extraordinaria, tanto por el tema inflacionario como de tasas de referencia elevadas.
Daniela Orozco, directora de Investigación en la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), señaló en una conferencia reciente que entre los consumidores sí hay una pequeña desaceleración de la velocidad de crecimiento de intención de compra en el Buen Fin e incertidumbre sobre sus ingresos, aunque apuntó que no necesariamente es la barrera más fuerte de compra.
Más tarjetas circularán durante el Buen Fin
A lo largo del año, los bancos han destacado la fuerte demanda de crédito al consumo y varios han mencionado una mayor originación de productos como las tarjetas de crédito.
De acuerdo con cifras de Banxico, al cierre de junio habían 35.6 millones de tarjetas de crédito vigentes en el país, lo que significó un aumento de 5.8 millones de plásticos respecto a diciembre de 2022. En comparación, durante el mismo lapso del año pasado el incremento fue de 297,644 tarjetas vigentes.
En opinión de Hermosillo, el otorgamiento de plásticos podría incrementar la participación de este método de pago respecto a otros, aunque no necesariamente impulsará las ventas.
Morosidad sube en créditos
Si bien la banca ha señalado que el crecimiento del empleo formal, así como un desempeño de la economía mejor a lo esperado son factores detrás del empuje en la cartera de crédito, las tarjetas también se han convertido en una forma de enfrentar un poder adquisitivo reducido por la inflación.
En términos generales, el sistema bancario mantiene índices de morosidad (IMOR) contenidos, pero de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) al cierre de septiembre (últimos disponibles), en casi todos los segmentos del crédito al consumo, la morosidad es mayor a la registrada en el mismo mes de 2022.
Dentro de las tarjetas de crédito, el IMOR creció 0.63 puntos porcentuales en este periodo, a 3.21%; aunque el nivel más elevado corresponde a los créditos porcentuales, con un IMOR de 4.84%.
En octubre, el director de BBVA México, Eduardo Osuna, señaló que hay un deterioro natural que obedece a las variables de inflación y tasas de interés, por lo que se prevé que continúe unos meses más.
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