La recuperación de los empleos formales en México inició en octubre del 2021; sin embargo, aún hay dos sectores que siguen registrando pérdidas laborales: el campo y los servicios.
De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en septiembre pasado se dieron de alta 1.52 millones de trabajadores en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) respecto a febrero del 2020, mes previo a la declaratoria de confinamiento por la pandemia de COVID-19.
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Es decir, el mercado laboral formal del país recuperó las plazas perdidas durante la crisis sanitaria.
Pero dicha recuperación todavía no está completa. En el periodo, el sector referente a la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza presenta una pérdida de 72,687 puestos formales, resintiendo el impacto del alza en el precio internacional de insumos por los conflictos geopolíticos y la sequía.
El otro es el sector de servicios para empresas, personas y el hogar, con una merma de 95,678 empleos. En esta rama económica pesa el elevado nivel inflacionario y el ciclo alcista de la tasa de interés que restan poder de compra a las familias mexicanas.
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Informalidad
Además de los trabajos sin recuperar en el campo y en los servicios, otro problema del mercado laboral de México es la informalidad, ya que más de la mitad de la población ocupada se encuentra en esta situación.
Debe considerarse que, una tasa de informalidad laboral que supera el 50% (53% en agosto), tiene consecuencias significativas para México y su población, pues puede impactar negativamente en la productividad y crecimiento económico
reporta Banco Base.
Agrega que también la informalidad implica y contribuye a:
- La inseguridad laboral, ya que muchos trabajadores carecen de protecciones y estabilidad en sus empleos (vulnerabilidad económica)
- Desigualdad económica, debido a que los ingresos son más bajos
- Dificulta el acceso a servicios de salud, pensiones y derechos laborales para los trabajadores informales
