El ‘último jalón’ en el Presupuesto 2024, que la Secretaría de Hacienda ve necesario para concluir obras insignia y continuar programas sociales, aumentará la presión sobre las finanzas públicas de los próximos sexenios.
La expectativa de un mayor déficit y de incremento de la deuda, así como la perspectiva de menores ingresos públicos y la ausencia de una reforma fiscal han generado preocupaciones entre analistas.
Es el último jalón para la actual administración, pero para las futuras deja un problema importante en materia de finanzas públicas
dijo en entrevista Héctor Magaña Rodríguez, coordinador de Análisis e Investigación del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey.
José Luis Clavellina, director de investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), señaló que el gasto récord —de 9.02 billones de pesos— y el endeudamiento que se plantean ponen en riesgo la sostenibilidad del sistema fiscal.
Más deuda
De acuerdo con el análisis del think tank, 19.2 de cada 100 pesos del presupuesto vendrán de financiamiento (en comparación con 14.2 de cada 100 pesos en 2022), lo que reduce aún más el espacio fiscal.
“Preocupa mucho que no se está invirtiendo en infraestructura, sino que la deuda la estamos usando para pagar gasto corriente que no va a tener los retornos esperados y si por alguna razón no crecemos como estamos esperando, esa deuda va a ser más difícil de pagar”, señaló Alejandra Macías, directora ejecutiva del CIEP en conferencia con medios.
En un panorama donde no se alcance el rango de crecimiento que espera Hacienda, de 2.5% a 3.5%, el gobierno tendría que enfrentar un mayor endeudamiento o hacer recortes en inversión y otros gastos, según especialistas.
Mientras tanto, el costo financiero de la deuda, que se ha visto impactado por el alza a las tasas de interés, será de 1.26 billones de pesos el próximo año, lo que representará el 3.7% del PIB.
Lo que estamos haciendo no es reducir el monto de la deuda, sino refinanciarlo, lo pasamos a mayores plazos, seguramente a mayores tasas de interés y eso va a tener un costo mayor
advirtió Clavellina.
Además, de acuerdo con los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), el déficit fiscal será de 5.4% del PIB en 2024, el doble de lo que se había previsto el año pasado.
Héctor Magaña explicó que una de las inquietudes alrededor del déficit podría vincularse con los recursos destinados a las obras insignia que “no necesariamente representan flujos de efectivo importante para subsanar en años venideros”.
Reforma fiscal apremiante
Además del incremento en el gasto, los analistas indicaron que la tendencia a la baja que han mostrado los ingresos públicos destaca la importancia de una reforma fiscal.
Es urgente que se implementen cambios relacionados con reforma fiscal, no tienen que ser todos al mismo tiempo, pero sí tienen que ser progresivos y aumentar la recaudación o redistribuir y recortar el gasto
expuso Alejandra Macías.
Héctor Magaña coincidió en que difícilmente podrá posponerse la necesidad de esta reforma, ya que deberá analizarse cómo hacer más eficiente el Presupuesto.
“Es muy complicado que una administración más aguante sin hacer una modificación en cuanto a una reforma fiscal, por lo que es muy probable que se vea en los próximos años”, apuntó.
El académico agregó que más allá de incrementar o modificar algunos de los impuestos existentes, los cambios a la ley deben buscar ampliar la base gravable para que más personas puedan contribuir.