En el primer semestre del año, el crédito al consumo se mantuvo al alza, pero la morosidad también incrementó en segmentos como las tarjetas de crédito y los préstamos personales.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el índice de morosidad (Imor) para la cartera de consumo en su conjunto se ubicó en 3.07% al cierre de junio, respecto al 2.89% que registraba en el mismo mes de 2022.
Al interior, el Imor de las tarjetas de crédito fue de 3.04%, lo que significó casi medio punto porcentual por arriba de lo registrado el año previo y el nivel más alto para este producto desde el 3.28% de diciembre de 2021.
Mientras la morosidad de los préstamos personales tuvo un incremento anual de 0.59 puntos porcentuales y llegó a 4.81%, su mayor registro desde enero de 2022, cuando se ubicó en 5.01%.
Los préstamos de nómina tuvieron una reducción marginal en el Imor, que pasó de 2.88% en junio de 2022 a 2.83% en el mismo mes de este año.
En tanto, los créditos de nómina y automotriz tuvieron reducciones entre junio de 2022 y el mismo mes de este año, al pasar de 2.88% a 2.83% y de 1.82% a 1.17%, respectivamente.
Perspectiva estable
Eduardo López Ponce, analista bursátil de bancos y Fibras en Bx+, comentó que el incremento en la morosidad en productos como las tarjetas de crédito podría deberse a la apuesta de los bancos por crecer en este rubro.
Los bancos están siendo más agresivos en este segmento y al buscar mayor crecimiento puede darse como efecto que crezca un poco más la morosidad
apuntó en entrevista.
El crédito al consumo fue uno de los motores de crecimiento en la cartera de total del sistema bancario, al crecer 18.5% anual a junio.
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Al interior, los plásticos lideraron con un aumento de 16.8% anual en cartera, mientras el crédito automotriz se elevó 11.6%, los créditos de nómina avanzaron 11.1% y los préstamos personales crecieron 10.7%.
Pese al aumento en impagos, la morosidad se mantiene contenida, consideró Carlos Aréchiga Ramírez, docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC).
“El incremento en la cartera vencida de estos dos rubros ha sido importante, sin embargo, no llegamos a niveles preocupantes para el sistema financiero”, expuso.
Ambos analistas coincidieron en que los niveles de morosidad se mantendrán cercanos a los que se observa actualmente, siempre y cuando no se deterioren las variables macroeconómicas.
“Mientras no se dispare el desempleo, mientras la economía siga creciendo y la inflación —que se mantiene en niveles altos, pero se ha desacelerado— siga estable, no vemos variables que nos hagan pensar que se va a presionar la morosidad en el consumo”, apuntó López Ponce.