Tras los ataques contra el puerto de Sebastopol, en la península de Crimea, Rusia anunció recién la suspensión del acuerdo para la exportación de grano ucraniano a través del Mar Negro, convenio firmado el pasado julio con Ucrania con la intermediación de Turquía y Naciones Unidas,
La decisión del Kremlin amenaza con agudizar la crisis de alimentos y la inflación a escala mundial. La Iniciativa de Granos del Mar Negro ha sido crucial para permitir el flujo de millones de toneladas de grano que se habían acumulado en Ucrania tras la invasión rusa en febrero.
Con ello, es de esperarse que esta decisión de Rusia agravaría los precios de alimentos y reducirá la oferta mundial de granos, lo que aumenta la probabilidad de que los precios alcancen nuevos máximos históricos durante los próximos meses.
Trigo, a niveles récord
Como primera reacción, el precio del trigo sube cerca de 23% desde su mejor nivel alcanzado durante agosto pasado, con el riesgo de que en los próximos días supere el récord histórico de 1,425 dólares por bushel alcanzado en marzo pasado.
Ucrania es uno de los mayores exportadores de cereales del mundo y la mayor parte sale del país a través de sus puertos. Los daños sufridos por las carreteras y los ferrocarriles a causa de la guerra hacen improbable la sustitución por otros medios de transporte a corto plazo.
Lo anterior se une a la difícil situación que enfrentan otros importantes proveedores de granos. Las condiciones meteorológicas desfavorables han reducido considerablemente las existencias en los principales exportadores, como Estados Unidos.
Además, es probable que 2023 sea el tercer año consecutivo en el que se presente el fenómeno de La Niña, lo que podría reducir los rendimientos de los cultivos clave en Sudamérica y el sur de África.
Y los precios históricamente altos de la energía y los fertilizantes podrían impedir que otros proveedores aumentaran la producción para cubrir el déficit del mercado en los próximos meses.
Aunque siempre estaba abierta la posibilidad de que el acuerdo se rompiera en el corto plazo, debido a las posturas complicadas de Rusia, el que se disuelva antes de lo previsto tensaría todavía más el mercado de granos y de alimentos globales.
Incertidumbre global
Para los bancos centrales se convierte en un tema de incertidumbre. Sobre todo, en momentos en que los inversionistas comienzan a especular con que está cerca de pasar la mayor fase del endurecimiento del ciclo monetario. Este escenario depende en gran medida del comportamiento de la inflación.
Un auténtico dolor de cabeza en la lucha contra la inflación y sus expectativas ha sido el comportamiento de los alimentos. Después de ciertas mejoras, el escenario se puede complicar y requerir por un mayor tiempo las subidas de tasas de interés.
Lo anterior no es bueno para nadie, ni para el crecimiento económico, ni para la lucha contra la pobreza alimentaria global, ni para los mercados financieros. Otra vez la guerra entre dos exportadores clave de cereales puede descarrilar los avances recientes en la lucha contra el control de inflación.
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*James Salazar Salinas es subdirector de análisis económico de CI Banco. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor.