Las remesas en México perdieron algo de fuerza en agosto pasado, registrando su primera caída mensual desde febrero y en términos anuales crecieron a la mitad del ritmo que lo venían haciendo durante 2022.
A pesar de ello, en los últimos doce meses acumula un récord histórico (56,578.8 millones de dólares) y por cuarto mes consecutivo los envíos se mantienen por arriba de los 5,000 millones de dólares.
Es muy claro que ya no solo dependemos de Estados Unidos en materia comercial e inversión, sino también parte del consumo privado se apoya y potencializa con las divisas enviadas por connacionales.
Así, es de interés general saber cuándo podría consolidarse una pérdida en el ritmo de envíos de remesas hacia México. La respuesta no es fácil, porque depende de otra variable igual de incierta: el desempeño económico en Estados Unidos, particularmente del empleo.
¿Cómo va la actividad económica de EU?
En el corto plazo, las cifras de septiembre reflejan una moderación en la actividad económica estadounidense. La actividad manufacturera se expandió a su menor ritmo desde mayo de 2020. La nómina no agrícola anticipa la menor generación de empleos desde diciembre de 2020 (265,000 trabajos).
Estos datos de la economía de nuestro socio norteamericano nos llevan a pensar que las remesas podrían mantenerse fuertes, pero con menores montos, incluso por debajo de las 5,000 dólares.
Además, está el tema de la inflación en EU, lo que merma el poder adquisitivo de sus ciudadanos, incluido el de nuestros paisanos, reduciendo el incentivo a enviar mayor cantidad de recursos monetarios.
Aunque este impacto negativo puede verse reducido por acciones como lo que realiza el gobierno de California, principal destino de migrantes mexicanos, con los cheques de estímulo de “asistencia para la inflación”.
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Remesas en riesgo
En el mediano plazo, el comportamiento de las remesas dependerá de si EU logra o no el famoso aterrizaje suave.
Actualmente, existe un fuerte debate académico y financiero entre los que consideran que las acciones de política monetaria tendrían que generar una fuerte contracción del empleo estadounidense para lograr controlar la inflación.
Y está el mensaje de la Reserva Federal (Fed) de qué todavía es posible lograr que, mediante una ralentización de la actividad, se mitiguen las presiones inflacionarias, al menor costo posible, sobre todo en el empleo.
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Las fluctuaciones del empleo estadounidense tienden a reflejar la dinámica de las remesas y la incertidumbre que nubla el mercado laboral puede terminar mermando la segunda mayor fuente de divisas del país.
Si EU entra en recesión, está en riesgo un tercio de recursos que envían los migrantes mexicanos.
*James Salazar Salinas es subdirector de análisis económico de CI Banco. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor.