El pasado nueve de julio falleció el expresidente mexicano Luis Echeverría Álvarez a los 100 años de edad, quien además de ser recordado por su participación en eventos fatídicos como el de 1968 y 1971, su gestión también marcó el fin de la época del Desarrollo Estabilizador y el inicio del Desarrollo Compartido.
La estancia de Echeverría Álvarez en la silla presidencial inició en diciembre de 1970 y concluyó en el mismo mes de 1976. Los principales fundamentos económicos manifiestan la pérdida de la fuerza económica, la aceleración de la inflación, el abrupto incremento de la deuda externa, así como la depreciación del peso y una inyección en inversión pública.
La época del Desarrollo Estabilizador había llegado a su fin en 1970 a tambor batiente. En ese año, el PIB creció 6.9% en términos reales; la inflación había aumentado 6%, más del doble de lo que había sido en 1969 (…) Para mediados de 1971 era evidente que México había entrado en una recesión más profunda que la que se había planeado
expone Enrique Cárdenas en su libro El largo curso de la economía mexicana. De 1780 a nuestros días.
Con las bases históricas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Banco de México (Banxico), EL CEO recopiló cinco indicadores macroeconómicos -con precios constantes- que plasman en cierta medida la administración echeverrista:
Inflación anual
El talón de Aquiles del sexenio de Luis Echeverría fue la elevada inflación que se presentó en su mandato, debido a que una mayor variación de los precios al consumidor disminuye el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
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Echeverría Álvarez, creador del Infonavit, inició su gestión con una inflación anual de 4.64% en diciembre de 1970 y terminó con una tasa de 25.10% en noviembre de 1976, un alza de 20.41 puntos porcentuales.
La inflación acumulada entre 1970 y 1975 había llegado a 76.4% y seguía siendo muy superior a la de Estados Unidos. Con un tipo de cambio fijo desde 1954, el peso se había sobrevaluado 73.6%con respecto al dólar, lo que hacía muy atractivas las importaciones y menos rentables las exportaciones
indica Cárdenas.
Producto Interno Bruto
Cuando Echeverría Álvarez toma posesión como presidente, al cierre de 1970, el Producto Interno Bruto (PIB) nacional registró un crecimiento de 6.5% en todo ese año.
Si bien en esta administración se alcanzó un aumento máximo de 8.2% en 1972, este trazó una tendencia de desaceleración, llegando a una tasa de crecimiento del PIB de 4.4% en 1976.
Inversión pública federal
Una característica del gobierno echeverrista fue la inversión pública, logrando un incremento en todo su sexenio de 272%, según datos del INEGI. Pero es importante mencionar, que si bien habían un impulso de la inversión pública, eso se debía a que no existía una relación cercana con el sector privado.
De acuerdo con Cárdenas, en términos reales, el gasto del sector público aumentó 21.2% en 1972, cuando los ingresos apenas lo hicieron 10.4%, provocando que el déficit pasara del 2.5% a 4.9% del PIB en solo un año y fue la cifra más alta desde la Revolución Mexicana.
Deuda externa
Sin embargo, el desequilibrio fiscal que ocasionó la apuesta por la inyección de recursos federales fue uno de los alicientes para disparar la deuda externa de México, que en seis años obtuvo un alza de 477%.
Durante el Desarrollo Compartido del presidente Echeverría se agregó un objetivo más, el de distribución del ingreso , pero sin aumentar un instrumento adicional (…) la economía entró en un fuerte desequilibrio
Tipo de cambio
La estrategia de la sustitución de importaciones y la crisis económica internacional por la escasez del petróleo de la administración priista con tintes de izquierda, y que se confrontó contra los empresarios, contribuyeron a que se abandonara el tipo de cambio fijo.
Desde 1954 hasta agosto de 1976, el tipo de cambio se mantuvo, según la conversión de Banxico, en 0.0125 pesos por dólar, para que finalizara ese año en 0.0203 pesos.
En este ambiente de contracción económica y de confrontación política entre el gobierno y el sector privado, terminó el sexenio de Luis Echeverría, concluye en su texto Enrique Cárdenas.
