El precio del petróleo obtuvo una ganancia mientras los comerciantes sopesaban el cambio de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) a una política monetaria más estricta para combatir la inflación.
Al cierre del mercado, el contrato de enero de WTI de Estados Unidos subió 0.88%, a 71.61 dólares; mientras que el Brent del Mar del Norte para entrega en febrero aumentó 0.80%, a 74.50 dólares por barril.
Los precios se debilitaron a principio de la sesión, presionados por la propagación de la variante ómicron del COVID-19 y las restricciones a los viajes.
El Reino Unido informó que han aumentado los casos de COVID-19 en los últimos días, subrayando la alta tasa de transmisión de la nueva variante.
“La oferta finalmente ha alcanzado la demanda y se prevé que esta tendencia se intensifique de cara a 2022”, dijo Stephen Brennock, analista de la corretaje PVM Oil Associates, a Bloomberg.
De acuerdo con el medio especializado, Vitol Group, el mayor comerciante independiente de petróleo del mundo, dijo el miércoles que los precios subirán el próximo año debido a la falta de nuevas inversiones en producción.
Las existencias de crudo estadounidense cayeron por tercera semana consecutiva. Pero las perspectivas de consumo parecen estar deteriorándose a medida que China, el mayor importador de crudo, limita los viajes de vacaciones para contener el coronavirus.
Por su parte, la Fed actualizó sus pronósticos y prevé que la inflación cierre en 5.3%, mayor al 4.2% pronosticado en septiembre y para el próximo año estiman que la inflación finalice en 2.6%.
Mientras el PIB apunta a una expansión de 5.5%, menor al 5.9% previo. Sin embargo, para el 2022 la expectativa mejoró a 4.0%, desde el 3.8%.