En el tercer trimestre del año, la tasa de desocupación laboral se ubicó en 4.0%, respecto al 4.2% del periodo inmediato anterior, según cifras desestacionalizadas, lo que significó que 2.47 millones de mexicanos buscaron empleo, pero no lo encontraron en dicho lapso, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Respecto al año previo, cuando el mercado laboral se vio afectado por la pandemia, la tasa de desempleo se redujo en 0.9 puntos porcentuales.
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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la Población Económicamente Activa (PEA) fue de 58.3 millones de personas durante el periodo julio-septiembre, un aumento de 1.7 millones, respecto al tercer trimestre de 2020.
Por sexo, la población ocupada de hombres fue de 55.8 millones, cifra superior en 5.02 millones respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que la ocupación de mujeres fue de 21.8 millones, 2.64 millones más que el año previo.
Del total de ocupados, 67.9% labora como trabajador subordinado y remunerado ocupando una plaza o puesto de trabajo, cifra mayor en 2.9 millones de personas en su comparación anual.
En tanto, 22.8% trabajó de manera independiente o por su cuenta sin contratar empleados; un aumento de 1.45 millones de personas. Mientras el 5% es patrón o empleador.
Subocupación cae, pero informalidad aumenta
Entre julio y octubre, la población subocupada se ubicó en 7.2 millones de personas y representó una tasa de 12.7% de la población ocupada, menor al 13.1% del trimestre previo y al 25% registrado el tercer trimestre de 2020.
Este sector de la población se refiere a aquellos que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas de lo que su ocupación actual les demanda.
En tanto, la tasa de informalidad laboral fue del 56.3% de la PEA, con lo que se incrementó respecto al 54.2% registrado el mismo lapso de 2020.
De acuerdo con Inegi, en el periodo, todas las modalidades de empleo informal sumaron 31.4 millones de personas, un aumento de 3.9 millones de personas respecto al del mismo lapso de 2020.
De acuerdo con el Inegi, la tasa de informalidad laboral comprende al trabajo no protegido en la actividad agropecuaria, el servicio doméstico remunerado no protegido de los hogares, así como los trabajadores subordinados que, aunque trabajan para unidades económicas formales, lo hacen bajo modalidades en las que se elude el registro ante la seguridad social.