Las plataformas de estancias de corto plazo como Airbnb, Vrbo (Expedia), Booking y TripAdvisor viven un ‘boom’ en el país; en contraste, las grandes cadenas hoteleras padecen aún los estragos de la pandemia por COVID-19.
En 2014 se contabilizaban 12,704 espacios de alojamiento temporal en México y para 2021 se estima existen 329,541, un crecimiento exponencial.
Mientras que el número de habitaciones de hotel pasó de 692,351 a 836,300 en el mismo lapso, una expansión de 21%, de acuerdo a un estudio elaborado por The CIU.
Las plataformas encontraron un espacio donde las estancias tradicionales no estaban. Es decir pueblos mágicos, pequeñas ciudades
dijo Ernesto Piedras, director general de The CIU.
Añadió que desde el inicio de la emergencia sanitaria, el turismo se volcó a espacios alejados y poco populosos, sitios donde Airbnb cuentan con una alta presencia, a diferencia de las grandes cadenas de hoteles que se ubican en los grandes focos de turismo.
Otra desventaja que tuvieron los hoteleros fue que una parte de sus huéspedes eran por motivos de trabajo, situación que cambió con la pandemia.
“No sabemos cuánto dure esta tendencia, en donde los viajeros preferirán espacios más alejados e íntimos. Todo dependerá del ansiado regreso a la normalidad, si es que se llega a dar”, comentó Radamés Camargo, analista en The CIU.
De tal forma, Grupo Posadas barajea la opción de entrar en el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos. La empresa busca reestructurar el bono de 393 millones de dólares, el cual tiene como fecha de vencimiento el próximo año, por tal efecto, dejó como garantía 10 de sus hoteles a sus acreedores.
En tanto, Grupo Hotelero Santa Fe prevé que será hasta 2023 que recupere sus niveles previos a 2020, al depender íntimamente del proceso de vacunación en el país. Hoteles City Express, se ve presionado al estar enfocado en viajeros ejecutivos y al cierre del segundo trimestre, reportó una pérdida de 135 millones de pesos, de acuerdo a sus estados financieros.
Airbnbn por poco no la ‘libra’
La plataforma casi no lo logra. A mediados del año pasado, su cofundador, Brian Chesky, mencionó que habían tardado 12 años en construir su negocio y “perdimos casi todo en cuestión de cuatro a seis semanas”.
Como buena parte del sector turístico mundial, Airbnb sufrió un revés con la parálisis de los viajes, pero su negocio escondía una clave.
Chesky explicó que a medida que la pandemia avanzaba y el autoconfinamiento se volvía más prolongado, muchas personas optaron por rentar algunos espacios alejados de la ciudad para que desde ahí, pudieran trabajar y al mismo tiempo viajar.
Para diciembre de 2020 la tecnológica lanzó su Oferta Pública Inicial en la Bolsa de Nueva York, con un precio de salida por papel de 68 dólares, pero a la fecha, con altas y bajas. En la última sesión sus acciones llegaron a los 156.6 dólares, de acuerdo a datos de Investing.
“Su oferta (de las plataformas) es diferenciada, lo que permite a viajeros obtener experiencias enriquecidas del destino turístico al que se trasladan. Al expandir y diversificar las alternativas de alojamiento, contribuyen al sector turístico”, detalla en su reporte The CIU.