Joe Biden y algunos de los principales funcionarios de su administración se reunieron este lunes con directivos de General Motors, Ford y otras empresas tecnológicas en la Casa Blanca para buscar una solución a la escasez de chips en el mercado de semiconductores.
“Lo he estado diciendo por algún tiempo ya, China y el resto del mundo no está esperando”, dijo el presidente de Estados Unidos. “Y no hay una razón por la cual los estadounidenses deban esperar. Estamos invirtiendo agresivamente en áreas como semiconductores y baterías”.
Previamente, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que si bien no era una reunión en la que se pueda lograr de inmediato alguna decisión, la administración del presidente se toma en serio las limitaciones de la cadena de suministro y los daños que viven las empresas y los trabajadores.
El presidente y sus funcionarios aprovecharon la reunión para resaltar elementos del plan de infraestructura de 2.25 miles de millones de dólares propuesto por el presidente que creen que mejoraría la resistencia de la cadena de suministro, dijo el Wall Street Journal.
La agenda también incluyó discusiones sobre la transición de la industria automotriz hacia la energía limpia, la creación de empleos y la garantía de la competitividad económica de Estados Unidos, agregó el funcionario.
Presionan para tener reserva de chips
Biden ha pedido al Congreso que apruebe una legislación para financiar la investigación y el desarrollo de semiconductores, una propuesta con apoyo bipartidista. Pero exactamente cómo gastar y asignar el dinero es una fuente de debate entre los fabricantes de automóviles y otros consumidores de chips, así como entre las propias empresas de semiconductores.
Los fabricantes de automóviles están presionando para que una parte del dinero se reserve para chips de calidad para vehículos, advirtiendo de un posible déficit de 1.3 millones de dólares en la producción de automóviles y camiones ligeros en los EU este año si no se le da prioridad a su industria.
Sin embargo, los fabricantes de otros dispositivos electrónicos afectados por la escasez de chips, como computadoras y teléfonos móviles, se han mostrado en desacuerdo con las demandas de los fabricantes de automóviles, preocupados de que sus industrias se vean afectadas. El debate podría ser un factor en la reunión de la Casa Blanca.
La Casa Blanca no ha tomado una posición pública sobre el tema, pero ha indicado en privado a los líderes de la industria de semiconductores que no apoyaría un trato especial para una industria, según personas familiarizadas con el asunto.
Para evitar la escasez de chips en el futuro, el grupo de Blunt propuso que al menos el 25% de cualquier apoyo federal para la construcción de fábricas de semiconductores debe ir a las instalaciones de EU que se comprometan a asignar al menos el 25% de su capacidad a chips de grado automotriz.
Intel promete chips para automotrices en seis a nueve meses
El presidente ejecutivo de Intel dijo este lunes que la compañía está en conversaciones para comenzar a producir chips para los fabricantes de automóviles a fin de aliviar la escasez que ha dejado inactivas algunas fábricas de vehículos.
El CEO Pat Gelsinger dijo que la compañía está hablando con empresas que diseñan chips para fabricantes de automóviles sobre la fabricación dentro de la red de Intel, con el objetivo de producir semiconductores dentro de seis a nueve meses.
Gelsinger también participó en la reunión con funcionarios de la Casa Blanca para discutir la cadena de suministro de semiconductores.
Intel es una de las últimas empresas de la industria de los semiconductores que diseña y fabrica sus propios chips. El mes pasado, la compañía dijo que abriría sus fábricas a clientes externos y construiría fábricas en Estados Unidos y Europa en un intento por contrarrestar el dominio de los fabricantes asiáticos de chips como Taiwan Semiconductor Manufacturing y Samsung Electronics.
Pero Gelsinger dijo el lunes que comunicó a los funcionarios de la Casa Blanca durante la reunión que Intel abrirá su red de fabricación existente a las empresas de chips para automóviles para brindar ayuda más inmediata con una escasez que ha interrumpido las líneas de ensamblaje en Ford y General Motors.
“Esperamos que algunas de estas cosas se puedan aliviar, no requiriendo una construcción de una fábrica en tres o cuatro años, sino tal vez seis meses de nuevos productos certificados en algunos de nuestros procesos existentes”, dijo Gelsinger. “Ya hemos comenzado esos compromisos con algunos de los proveedores de componentes clave”.
Gelsinger no nombró a los proveedores de componentes, pero dijo que el trabajo podría realizarse en las fábricas de Intel en Oregón, Arizona, Nuevo México, Israel o Irlanda.
Con información de Reuters