La pandemia del COVID-19 hizo que buena parte de los países aplicaran políticas monetarias y fiscales para estimular a sus economías, sin embargo, unos países tienen un panorama más complicado que otros, como es el caso de Brasil, mientras que México tiene espacio de maniobra.
Brasil enfrenta este año un delicado equilibrio entre reducir su déficit presupuestario para calmar a los mercados financieros y mantener el gasto para apoyar a la economía, dijo este jueves el expresidente del banco central Arminio Fraga.
Brasil registró un déficit presupuestario récord el año pasado, ya que gastó mucho para mitigar la recesión provocada por la pandemia, elevando la deuda pública a máximos históricos, asustando a los inversionistas, lo que pesó fuertemente en los mercados cambiario y tasas de interés.
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Del otro lado, mientras Brasil tiene previsto aumentar su tasa de interés este 2021, México tiene espacio para reducir su tasa y ubicarla en 3.75%, de acuerdo con estimaciones de Casa de Bolsa Finamex.
La postura fiscal y monetaria deja a México en una mejor posición para no tener que resarcir en déficits fiscales que se ven en otras economías
dijo Jessica Roldán, director de Análisis Económico de Casa de Bolsa Finamex, al presentar sus perspectiva económicas.
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Finamex espera este 2021, un déficit primario de 0.1% del PIB y déficit tradicional de 3% del PIB, tomando en cuenta el remanente de Banco de México.
De corto plazo, la combinación de políticas monetaria y fiscal le brindará a México espacio de maniobra, de acuerdo con Roldán.
La presión brasileña
El año pasado, el gobierno de Brasil gastó más de 300,000 millones de reales (56,000 millones de dólares), o alrededor del 4% del Producto Interno Bruto, en transferencias directas de ingresos a los más pobres, un salvavidas literal para decenas de millones de personas. El programa terminó el 31 de diciembre.
En Brasil, existe un frágil equilibrio entre la necesidad de más apoyo fiscal (…) y la presión del mercado por políticas más restrictivas. El panorama fiscal es muy preocupante (…) y dificulta tener un panorama completamente positivo
dijo Fraga en una discusión en línea con la agencia de calificación crediticia Fitch.
Fraga cuestionó la conveniencia de poner fin al programa de manera tan abrupta, especialmente a la luz del deterioro de la situación de la salud pública, una segunda ola de la pandemia y la actual debilidad de la economía.
La incertidumbre en torno a la velocidad y alcance del programa de vacunación que se puso en marcha a nivel nacional tentativamente esta semana está empañando el panorama económico, dijo Fraga, y comentó que las recuperaciones de la economía y de la salud pública están entrelazadas.
Con información de Reuters