El Partido Republicano del presidente Donald Trump retuvo un escaño adicional en el Senado de Estados Unidos con una victoria en Alaska, con lo que se coloca a un lugar de quedarse con la mayoría en la Cámara Alta del Congreso.
Dan Sullivan fue reelegido con más del 57% de los votos, según las proyecciones de las cadenas de televisión CNN y NBC.
Su victoria confirma el desempeño del Partido Republicano en las elecciones al Congreso, celebradas el pasado 3 de noviembre, al mismo tiempo que las presidenciales que dieron la victoria al demócrata Joe Biden.
Con este triunfo, los republicanos acumulan 50 escaños contra 48 de los demócratas en la cámara de 100 bancas, en donde aún se disputarán dos lugares en una doble elección de desempate el próximo 5 de enero en el conservador estado de Georgia.
Los demócratas tendrían que ganar esos dos escaños para alcanzar a los republicanos y darle a Joe Biden más libertad para implementar sus políticas, pues la voz de la vicepresidenta Kamala Harris sería la que decidiría los votos en caso de empate 50-50 en su rol como presidenta del Senado.
No se puede aprobar ninguna ley en Estados Unidos sin luz verde de la Cámara Alta, que también tiene el poder de aprobar los nombramientos del presidente: sus ministros, embajadores y jueces, incluso ante la Corte Suprema.
Biden se mostró confiado en poder trabajar con un número suficiente de congresistas republicanos si fuera necesario
Multimillonarios dan apoyo
Multimillonarios como Steve Schwarzman, de Blackstone, ya han dado millones para mantener el Senado de Estados Unidos en manos republicanas.
Y ahora, ese esfuerzo se centrará en Georgia, el estado sureño donde dos carreras de desempate decidirán lo que sucederá con la Cámara Alta y, potencialmente, cómo quedarán los cobros de impuestos a los estadounidenses adinerados.
El presidente electo Joe Biden quiere aumentar los impuestos sobre la renta para aquellos que ganan más de 400,000 dólares al año, así como el impuesto sobre las ganancias de capital por la venta de activos para aquellos que ganan más de un millón de dólares al año.
Ese cambio se convierte en una posibilidad, aunque no una certeza, si los demócratas tienen la mayoría en el Senado, que solo pueden hacerlo ganando en Georgia.
El 1% puso su dinero a trabajar para las candidaturas locales, así como para la contienda presidencial nacional.
El magnate de los casinos Sheldon Adelson y su esposa gastaron 60 millones de dólares en grupos dedicados a preservar la mayoría republicana en la Cámara de 100 miembros, según el Center for Responsive Politics.
Schwarzman donó 20 millones de dólares al Fondo de Liderazgo del Senado y dos millones más para apoyar a la senadora Susan Collins, quien defendió su escaño en Maine.
Kelly Loeffler, la republicana que se postula en Georgia contra el demócrata Raphael Warnock, tiene sólidas credenciales financieras. Loeffler es una exejecutiva de Intercontinental Exchange, que dirige su esposo Jeffrey Sprecher.
Jon Ossoff, el demócrata que se postula para el otro escaño de Georgia, ha golpeado la ‘red de seguridad del gobierno’ para Wall Street y aboga por la división de los grandes bancos.
Por su parte, los Adelsons ya desembolsaron 1.5 millones de dólares para respaldar al rival de Ossoff, David Perdue; en tanto que el jefe de los fondos de cobertura, Ken Griffin, gastó cuatro millones de dólares en grupos que respaldaban a los dos republicanos de Georgia.
No hay garantía de que los gastos millonarios rindan frutos, como puede confirmar el exalcalde demócrata de Nueva York, Mike Bloomberg, quien invirtió 100 millones de dólares en la carrera de Florida, solo para ver el estado respaldar a Donald Trump.
Este escenario sugiere que la organización política sobre el terreno también es importante. Aún así, no contribuir podría ser más costoso pues según un análisis de la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania, un ciudadano estadounidense en el 0.1% superior podría terminar pagando 1.3 millones más en impuestos personales por año bajo el mandato de Biden.
Con información de Reuters y de AFP