El PIB de Estados Unidos creció 33.1% a tasa real ajustada anualizada en el tercer trimestre de 2020, luego de haber sufrido su mayor contracción en la historia en el periodo previo, según los datos publicados este jueves por el Bureau of Economic Analysis.

El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), sin embargo, solo refleja el rebote de la actividad tras el confinamiento y analistas coinciden en que Estados Unidos tiene por delante una lenta recuperación.

La asombrosa cifra no refleja el hecho de que el ritmo de crecimiento se ha moderado significativamente desde principios de la recuperación. La actividad económica general probablemente se mantendrá por debajo de su nivel prepandémico durante algún tiempo, aunque algunos sectores como las ventas minoristas y la vivienda han regresado

indicó Bloomberg en un análisis previo a la publicación del dato.

 La publicación oportuna del PIB se da cinco días antes de la elección presidencial en Estados Unidos, en la que ya han votado más de 69 millones de ciudadanos, casi la mitad de los que participaron en los comicios de 2016, lo que sugiere que el dato del PIB no tendrá un impacto en la decisión.

Ante el aumento en el número de contagios de COVID-19 en algunas entidades de ese país, la recuperación total del PIB podría observarse hasta inicios de 2022, según el economista en jefe de Barclays de Estados Unidos, Michael Gapen. 

La lectura de la tasa real anualizada estima cuánto crecería el país si cada trimestre creciera a la misma tasa trimestral. 

El reto económico tras las elecciones 

El ganador de la elección para la Casa Blanca se enfrentará a una generación de estadounidenses de ingresos bajos y medios que está tratando de volver a trabajar debido a una crisis de salud que no se ha visto en más de 100 años. 

Ya sea el presidente Donald Trump o el aspirante demócrata y exvicepresidente Joe Biden, la situación es compleja: cerca de la mitad de las 22 millones de personas que perdieron sus empleos durante la pandemia siguen sin trabajo.

La tasa de desempleo se ubicó en 7.9% durante septiembre.

Las nuevas contrataciones se están ralentizando, oscureciendo las perspectivas de los trabajadores de bajos salarios más afectados por las pérdidas de empleo. 

Las infecciones de COVID-19, que han provocado el fallecimiento de más de 225,000 estadounidenses, están alcanzando nuevos récords. Hoteles, compañías de transporte y proveedores de alimentos advierten que se avecinan más despidos, y la ayuda del gobierno que permitió que muchos pagaran las cuentas hace tiempo que desapareció. 

Garantizar un futuro para una vasta y creciente clase baja “es el desafío más importante que Estados Unidos enfrenta en los próximos años, 10 años, 20 años”, dijo Gene Ludwig, excontralor de la moneda bajo el presidente Bill Clinton y autor de ‘The Vanishing American Dream’, un libro sobre los desafíos económicos que enfrentan los estadounidenses de ingresos bajos y medios.

No podemos sostener una sociedad democrática que tiene este tipo de números de personas de bajos y medianos ingresos que no pueden tener una esperanza en el sueño americano y vivir decentemente

agregó Ludwig.

Los demócratas del Congreso y el gobierno de Trump han tratado de negociar un proyecto de ley de ayuda contra el coronavirus de 2 billones de dólares, pero algunos republicanos del Senado objetan el costo y se preguntan si se necesita más estímulo.

Aunque los más optimistas creen que se logrará un acuerdo tras la elección del 3 de noviembre, otros advierten que puede que no se llegue a un nuevo plan sino hasta principios de 2021.

Con información de Reuters