Anheuser-Busch InBev, la fabricante de Corona, Stella Artois y Budweiser, lanzó un proceso para relevar a Carlos Brito, su CEO de origen brasileño que lleva 16 años en el cargo y quien lideró la transformación de la compañía para convertirla en la productora más grande de cerveza en el mundo, de acuerdo a una nota publicada en el diario Financial Times.
La cervecera considera a candidatos externos a la compañía, según personas familiarizadas con el tema, en lo que sería un movimiento extraño para la empresa, que se caracteriza de echar mano de su propio talento.
Según el diario británico, la firma de reclutamiento Spencer Stuart trabaja en la búsqueda, además de que el propio Brito está involucrado con la junta de consejo y que el brasileño dejará su puesto en algún punto de 2021.
Algunas de las razones para la búsqueda externa es que AB InBev considera a solo un candidato interno, Michel Doukeris, quien dirige el negocio de Norteamérica del grupo. Los nombres de otros candidatos que se barajearon para la sucesión eran David Almeida, director de estrategia, y Pedro Earp, director de marketing, pero ya no son considerados.
Es posible que Brito permanezca en el cargo por más tiempo, si la empresa no encuentra a un remplazo adecuado. AB InBev no realizó ningún comentario al respecto al Financial Times.
La empresa remplazó a su CFO y presidente en los últimos 18 meses. Los movimientos se dan cuando la firma está lidiando con su deuda, derivada a la adquisición de SABMiller por 79,000 millones de libras esterlinas, que finalizó luego de décadas de negociaciones y le permitió a AB InBev tener una posición dominante en la industria cervecera.
Felipe Dutra, CFO, salió de la empresa en febrero para ser relevado por Fernando Tennenbaum, quien fuera CFO del negocio en Brasil. Menos de un año después, Olivier Goudet le cedió el puesto de presidente a Marty Barrington, antiguo CEO de Altaria, un grupo tabacalero.
La cervecera alcanzó su máximo histórico en 2015, después del acuerdo con SABMiller, desde entonces, sus acciones han caído más de 60%, mientras que las preocupaciones de los inversionistas sobre su deuda aumentan. Al final de junio, sus pasivos alcanzaron 87,400 millones de dólares o 4.9 veces sus ingresos.
La empresa no se queda con los brazos cruzados ante la situación y, con el objetivo de diminuir su deuda, vendió su división de Australia por 11,000 millones de dólares a Asahi este año.
La partida de Brito marcará el final de una era en la industria cervecera, después de que Jean-François van Foxmeer de Heineken también se despidió de su puesto este año. Al igual que Brito, van Boxmeer trabajó para crear una cervecera global durante el periodo de consolidación global del sector.
Brito fue la cabeza de las operaciones de Latinoamérica, para convertirla en el mayor mercado de cerveza en el mundo. Con acuerdos agresivos para su expansión y reducción de costos a las empresas recién adquiridas.
Cualquiera que sea el sucesor tendrá que tener la aprobación de los dos bloques claves de los inversionista: Las familias belgas que antiguamente controlaban Interbrew y los tres fundadores brasileños de 3G Capital. Otro grupo importante de inversionistas incluye al grupo tabacalero Altaria y a la familia colombiana Santo Domingo.
La carrera de Brito en la industria cervecera inició en 1989, cuando se unió a la empresa brasileña Brahma, para trabajar con su mentor Jorge Paulo Lemann, fundador de la firma de capital 3G y quien financió su educación en Stanford.
Brahma comenzó un expansión impulsada por acuerdos, transformándose en la cervecera regional Ambev, de la cual, Brito se convirtió en su CEO en 2004. Ese miso año la compañía se fusionó con la belga Interbrew, productora de la marca Stella Artois, para crear InBev; cuatro años más tarde organizó una difícil adquisición de la estadounidense Anheuser-Busch, para así convertirse en una cervecera mundial.