La inflación de Venezuela alcanzó 19.6% en julio, con lo que el alza acumulada de los precios en siete meses fue de 491.9%, de acuerdo con el Banco Central del país sudamericano.
Venezuela lleva seis años en recesión, con hiperinflación y enfrenta un colapso en los servicios básico, sumado a un débil sistema de salud pública. Los casos positivos de COVID-19 en el país superan los 45,000.
La inflación se desaceleró en el séptimo mes del año, con respecto a junio, cuando la tasa fue de 25.1%, según la institución, que hizo públicos los datos luego de dos meses sin ofrecer información.
La cifra de julio es menor a la divulgada hace algunas semanas por la Asamblea Nacional, opositora al régimen de Nicolás Maduro, que calculó una tasa mayor a 50%. Los diputados realizaron estimaciones de los indicadores económicos por los atrasos de las fuentes oficiales.
En febrero y marzo, el gobierno logró que los precios bajaran luego de una parcial apertura económica que implicó la relajación de controles al sector privado. Sin embargo, bajo las medidas para prevenir contagios por COVID-19, los precios repuntaron.
En la inflación de julio incidieron los aumentos en los precios en las áreas de comunicación y educación.
Las autoridades venezolanas -que por años mantuvieron reguladas las tarifas de los servicios básicos- desde 2020 permitieron a las empresas de aseo urbano y telefonía realizar ajustes, en un intento de enfrentar las constates fallas y aliviar a las compañías en la hiperinflación.
Las medidas más laxas lucen insuficientes, y el deterioro en el suministro de agua, gas y telefonía lleva a muchos venezolanos a contratar servicios alternativos que se cobran en dólares.
Con información de Reuters