La Organización Panamericana de la Salud (OPS) busca que los países más vulnerables de Latinoamérica y el Caribe reciban una vacuna contra el COVID-19 a un precio asequible una vez que esté disponible.
A nivel global, dos de las casi 20 vacunas experimentales contra el COVID-19 para prueba en humanos se encuentran en la Fase III de ensayos -una de Sinopharm de China y otra de AstraZeneca y la Universidad de Oxford- y científicos esperan tenerla disponible para fines de 2020 o principios de 2021.
Sin embargo, luego de que Estados Unidos compró casi toda la existencia mundial de Remdesivir, el prometedor fármaco para combatir la enfermedad causada por el coronavirus, surgió la pregunta sobre la disponibilidad de una posible vacuna para los países más pobres.
Sabemos que crear una vacuna es sólo la mitad de la batalla. ¿De qué sirve una vacuna si la gente no tiene acceso a ella?
cuestionó en una reunión virtual Carissa Etienne, la directora de la OPS.
Ettiene explicó que la organización se coordina para garantizar que los países más vulnerables de la región reciban la vacuna para COVID-19 de manera subsidiada y a un precio asequible.
La OPS, con sede en Washington, cuenta con un mecanismo de cooperación llamado “Fondo Rotatorio”, mediante el cual se adquieren las vacunas, jeringas y suministros afines, a nombre de sus estados miembros, sin importar su tamaño ni condiciones económicas.
Al respecto, Etienne explicó que la OPS negocia activamente con el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, conocido como COVAX, para conseguir las mejores condiciones posibles para los países de la región.
Por ello, pidió a todas esas naciones que se sumen a los ensayos clínicos para acelerar la creación de vacunas.
América Latina se convirtió esta semana en el nuevo epicentro de la pandemia del coronavirus al destronar a Norteamérica en número de muertos y casi sobrepasarla en contagios del virus surgido en China a fines del año pasado.