El banco central más poderoso del mundo, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ha inundado los mercados con dinero barato para paliar los efectos de las medidas de confinamiento que han tenido que implementarse para combatir al COVID-19, lo que terminará por dar un respiro a los activos de mercados emergentes como México.
De inicios de marzo al 10 de junio, la hoja de balance de la Fed ha aumentado en 2.9 billones de dólares, cerca de 15% del PIB de Estados Unidos, para sumar un máximo de 7.17 billones.
La Fed ha lanzado la artillería monetaria para sostener la economía estadounidense, y no solo ha salido a comprar bonos del Tesoro respaldados por hipotecas, para los que el 23 de marzo dijo que la compra sería ilimitada, ahora también comprará bonos corporativos para que las grandes empresas estadounidenses mantengan la liquidez.
Lo que hizo fue que muchas empresas que a lo mejor no hubieran podido renovar vencimientos o no hubieran podido conseguir nuevos recursos colocando bonos lo hayan podido hacer. La Fed ha evitado que la crisis de la pandemia no se convierta en una financiera, sin la Fed estaríamos en una gran depresión, la jugó bien
comentó Joel Martínez, director general de Visor Financiero.
El banco central, además se encamina a mantener su tasa de interés en un mínimo de 0.0-0.25% hasta 2022, de acuerdo con el último diagrama de puntos o dot plot que publicó.
En este escenario, la moneda mexicana se ha recuperado 12.81% ante el dólar, luego de que el tipo de cambio spot alcanzó un máximo de 25.1350 pesos por dólar el 23 de marzo, y el avance podría mantenerse en momentos en los que la divisa estadounidense se debilita a nivel global, en parte por la expansión monetaria de la Reserva Federal.
Ahora esperamos que el dólar estadounidense se deprecie más, a medida que los activos de riesgo reanuden su recuperación y la economía mundial se recupere de la pandemia de coronavirus
escribió Jonas Goltermann, economista senior de mercados de Capital Economics.
Una de las razones por las que Goltermann espera que el dólar siga debilitándose son los diferenciales esperados en las tasas de interés.
Mientras que la Fed redujo su tasa referencial en 150 puntos base en marzo (y 225 puntos en total desde mediados de 2019), muchos otros bancos centrales no han reducido tanto las tasas, o en absoluto, porque comenzaron la crisis más cerca o ya en sus límites inferiores efectivos.
El índice dólar de Bloomberg cerró el martes en 97.02 puntos, una baja de cinco puntos desde el máximo de 102.82 que alcanzó el 20 de marzo.
“Cuando empiece a haber más buenos datos y vean que la economía de Estados Unidos tiende a recuperarse, ellos van a dejar mucho dinero y tasas bajas por un tiempo. ¿Dónde van a meter todo ese dinero los dueños de los portafolios? Por supuesto que van a voltear a México, es de los que mejores fundamentales tiene, lo que le pasa a la gente es que ve lo local y cree que por lo local están las cosas mal”, comentó Joel Martínez.
Jerome Powell, presidente de la Fed, se ha mostrado cauteloso sobre el rumbo de la economía estadounidense, para la que este año prevé una contracción de 6.5%.
“Las herramientas que la Reserva Federal está utilizando bajo su autoridad están reservadas apropiadamente para tiempos de emergencia. Cuando esta crisis haya quedado atrás, los guardaremos”, dijo ayer Powell en su testimonio ante miembros del Senado.
Mientras tanto, el riesgo país de México, medido a través de los credit default swaps (CDS) a cinco años, ha bajado a niveles de 160 puntos, luego de que a finales de abril se disparó a 309 puntos base. En tanto que el CDS de Pemex a cinco a años ha bajado a 552 puntos tras haber alcanzado los 1,026 el 27 de abril.