JCPenney tuvo una pérdida operativa de 339 millones de dólares en su primer trimestre fiscal, finalizado el 2 de mayo, con lo que más que triplicó la pérdida obtenida un año antes.
En el mismo lapso de 2019, la cadena de tiendas departamentales reportó una pérdida operativa de 93 millones de dólares, de acuerdo con su reporte financiero.
La fuerte caída correspondió al cierre de sus tiendas físicas en Estados Unidos. Como medida para mitigar la la propagación del virus COVID-19, todos los negocios declarados como no esenciales fueron obligados a bajar su cortina.
Las ventas de la compañía también decrecieron 55% en el mismo lapso, a 1,080 millones de dólares, frente a los 2,440 millones registrados el año pasado.
La caída en ventas de JCPenney fue mayor que las de otros minoristas como Kohl’s (-43.5%), Macy’s (-45%) y Dillard’s (-47%).
Los malos resultados se combinan con la declaración en bancarrota el 15 de mayo pasado. La compañía enfrenta un próximo pago de deuda de 150 millones de dólares este mes, gastos por intereses que ascienden a 300 millones de dólares anuales y obligaciones con vencimiento a 2023 por más de 2,000 millones de dólares.
Ante la situación, la empresa anunció que cerrará 242 tiendas a lo largo del territorio estadounidense para quedarse con cerca de 600 unidades.
La compañía comenzó a reabrir sus puertas en algunos estados del país del norte y se muestra optimista ante el rebote esperado en los próximos meses.