Varias automotrices japonesas preparaban el lunes su regreso gradual a la actividad en México con severos protocolos de seguridad sanitaria para evitar contagios de COVID-19 entre sus empleados, mientras las alemanas Volkswagen y Audi seguían esperando la autorización oficial.
Nissan y Toyota dijeron el lunes que preparan la reapertura escalonada de sus plantas y se sumaban así a Honda, que comenzó a retomar de forma progresiva el negocio la semana pasada.
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El sector cerró temporalmente a finales de marzo por instrucción del Gobierno, que sin embargo el 12 de mayo lo incorporó al listado de actividades económicas esenciales para que reabra el 1 de junio, pese a que México se encuentra entre los 10 países con más fallecidos en el mundo.
El arranque gradual iniciará con la reincorporación de nuestras actividades directamente relacionadas con manufactura de vehículos y autopartes, en fechas específicas para cada una de las instalaciones
dijo el lunes en un comunicado la filial mexicana de Nissan, con fábricas en los estados Aguascalientes y Morelos.
Poco después, un portavoz de Toyota dijo a Reuters que la compañía se encuentra “en periodo de preparación para el reinicio gradual, cauto y ordenado” de sus operaciones en los estados Baja California y Guanajuato, que incluye actividades de capacitación y pruebas de producción.
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El permiso para reabrir la industria automotriz, junto con el minero y el de la construcción, se dio en medio de presiones de las empresas de ese sector, que emplean un millón de trabajadores en el país, y las autoridades de Estados Unidos para que las dos naciones vuelvan a poner en marcha de forma coordinada las cadenas de producción de ese negocio.
Volkswagen y Audi, detenidas
Menos suerte parecen tener las alemanas Volkswagen y Audi, después de que el viernes el gobierno de Puebla emitiera un decreto para impedir la reactivación de sus plantas en esa región, que cuenta con 97,000 de los 980,000 trabajadores automotrices de la segunda mayor economía de Latinoamérica.
Varias agrupaciones empresariales solicitaron el domingo a las autoridades del estado que levanten “lo antes posible” la restricción, justificada con el argumento de que aún no existen condiciones debido al avance del COVID-19 en la zona.
En el sector de autopartes, la compañía estadounidense Lear envió el lunes a 600 trabajadores a las áreas de producción de su planta en Ciudad Juárez, que suministra fundas de asientos para Daimler y Ford, según un mensaje a los trabajadores. La firma no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.