La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presentó el miércoles el ‘Plan gradual hacia la nueva normalidad’, un documento que explica por medio de un sistema semáforo las condiciones que deberán cumplirse para poder reducir el confinamiento y evitar la propagación del virus SARS-CoV2.
Prevé que las medidas más estrictas, es decir, durante la Etapa roja, se mantengan al menos hasta el 15 de junio. Para esa fecha la ciudad podría transitar a un momento de menor propagación de la infección, lo cual permitiría reanudar algunas actividades.
La siguiente es la Etapa naranja, que considera la apertura de restaurantes, hoteles y servicios religiosos al 30% del aforo, negocios con menos de 30 empleados y eventos deportivos sin público.
La Etapa amarilla considera actividades laborales con horarios y días escalonados; restaurantes y hoteles al 60% de la capacidad; el retorno de los corporativos y oficinas de gobierno y la apertura de tiendas departamentales.
La Etapa verde es la ‘nueva normalidad’ con las actividades restablecidas y el regreso de las clases presenciales, manteniendo distancia social.
La reanudación de las actividades que se prevé comience después de la primera quincena de junio implica el incremento de la movilidad en la ciudad, que hasta el momento ha descendido en promedio 70% en los distintos modos de transporte. Y son las previsiones en transporte un tema fundamental para contener los contagios.
El plan de la Ciudad de México en esa materia considera para la Etapa naranja el fin del “Hoy no circula”, la expansión de ciclovías.
También se mantienen las medidas de distancia social en espacios públicos y transporte y se están elaborando nuevos protocolos que se sumarán a las actuales como la sanitización de los espacios y limitación del número de pasajeros.
Uno de los principales retos cuando ese momento llegue será el incrementar la capacidad de los sistemas de transporte, considera Teresa Zárate, académica especialista en Urbanismo de la UNAM.
“El sistema de transporte ya está rebasado desde hace muchos años y tienes que bajar la afluencia, el problema también es que no tenemos la capacidad de hacer que la gente se desarrolle en la misma zona en la que habita” .
Las experiencias internacionales
La Organización Mundial de la Salud publicó recomendaciones sobre la movilidad durante la emergencia, la primera de ellas es evitar viajar y cada que sea posible caminar o utilizar la bicicleta.
Para el uso de otros modos como tren, metro, autobuses, o taxis, las recomendaciones son evitar viajar en hora pico, practicar la etiqueta respiratoria, evitar tocar pasamanos, no compartir taxis y al final de cada viaje lavarse las manos o utilizar gel antibacterial.
Las medidas han sido adoptadas por diversos países que ya han reanudado actividades, en donde la más frecuente es el uso de la bicicleta, pues se considera que permite los traslados con distancia social, es un modo de transporte que a diferencia de los motorizados no genera emisiones contaminantes, y es un elemento para incrementar la actividad física de las personas.
En ciudades como Milán se está ampliando la infraestructura peatonal, nuevos carriles ciclistas y se fijó un número máximo de pasajeros en transporte público. En Barcelona, las calles Consell de Cent, Rocafort y Girona se reducen a un solo carril para incrementar presencia de vías ciclistas y espacio peatonal. En París se prevé incrementar 650 kilómetros de ciclovías.
Esa meta es similar a la que busca alcanzar la Ciudad de México. El documento ‘Ecobici: la bicicleta pública y el COVID-19’, elaborado por la Secretaría de Movilidad, indica que se busca ampliar la infraestructura ciclista a 600 kilómetros, es decir duplicar la existente que suma 322 kilómetros.
Esa expansión forma parte del programa de movilidad presentado al inicio de la administración, que tomó como base un cálculo hecho por Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo.
En marzo de este año Alcaldía de la Bicicleta, una organización civil internacional con presencia en 100 ciudades del mundo, mandó a la Secretaria de Movilidad una propuesta de ampliación de 131 kilómetros de ciclovías temporales a lo largo de avenidas principales como División del Norte, Insurgentes, Tlalpan, Eje 6 Sur, Tlahuác-Quevedo, Zaragoza, Serdán-Camarones-Escobedo y Oceania; esto como respuesta a la pandemia aunque no ha recibido respuesta, dijo en entrevista con EL CEO Areli Carreón representante de la organización Civil en la Ciudad de México.
Con respecto al anuncio de la Jefa de gobierno, destacó que aunque es un primer paso la ampliación, todavía no se cubriría la infraestructura necesaria para conectar, por ejemplo con la Zona Metropolitana de la Ciudad, que es el origen de la mayoría de los viajes que se realizan cada día en la Ciudad de México.
Esos 600 kilómetros son útiles para “conectar a 14 de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, con excepción de Álvaro Obregón y Magdalena Contreras que por su orografía necesitan otro tipo de infraestructura” dijo Carreón.
Según sus estimaciones serían necesarios al menos 1,300 kilómetros para conectar con los principales puntos de los municipios conurbados del Estado de México.
A lo que se añade la complejidad de asegurar el cumplimiento del código vehícular “eso para garantizar que las personas tengan la confianza de usar la bicicleta y que sea visto como un sistema de transporte de bajo riesgo y asegurar que se trabaje en conjunto con el Estado de México”, dijo Areli Carreón.