Más de un tercio de los trabajadores en Estados Unidos que perdieron sus empleos o vieron sus horas de trabajo reducidas debido a la pandemia del COVID-19 tendrán problemas para pagar sus cuentas, de acuerdo con una encuesta de la Reserva Federal (Fed) publicada el jueves.
La Fed, el banco central estadounidense, dijo que muchos hogares del país ya tenían una situación financiera “precaria” antes de la crisis sanitaria, y esto se ha visto exacerbado con la paralización de la economía desde mediados de marzo, que ha afectado más a las personas de bajos ingresos.
Casi la mitad de los encuestados el mes pasado dijeron que les resultaba difícil vivir o simplemente sobrevivían, según la encuesta.
El estudio se llevó a cabo del 3 al 6 de abril, después de que el Congreso aprobó un paquete masivo de ayuda de 2 billones de dólares, pero antes de que se enviaran los cheques a los hogares.
Los datos de la encuesta muestran que al principio de la crisis de salud pública, una fracción mayor de estadounidenses enfrentaba dificultades financieras que en el otoño de 2019
dijo en un comunicado Michelle Bowman, integrante de la Junta de Gobernadores de la Fed.
La encuesta también se realizó antes del impacto del mes completo de los cierres comerciales en abril, ordenados para frenar el avance del COVID-19, que hasta ahora ha cobrado la vida de por lo menos 85,066 personas, de acuerdo con cifras de la Universidad Johns Hopkins, actualizadas al 14 de mayo.
El informe mostró que 13% de las personas que trabajaban en febrero habían perdido sus empleos o fueron despedidos, mientras que 6% vio sus horas reducidas o debieron tomar licencia sin goce de sueldo.
Entre las personas que ganan menos de 40,000 dólares anuales, 39% informó alguna pérdida de empleo, dijo la Fed, y señaló que los que tenían educación universitaria tenían muchas más probabilidades de tener empleos que les permitían trabajar desde casa.
Casi dos tercios de los que dejaron de trabajar, o se les redujo el horario, dijeron que tendrían problemas para pagar sus facturas en abril, mientras que 46% no tenía efectivo a mano para enfrentar una emergencia de 400 dólares.
“Esto resalta la precaria situación financiera en que se encontraban algunas familias antes de la pandemia de COVID-19”, dijo la Fed en su informe.
La buena noticia es que casi todos los trabajadores suspendidos en marzo esperaban regresar a sus trabajos, aunque más de las tres cuartas partes no sabían cuándo..