General Electric es una de las empresas que sentirá el impacto generado por el cierre de plantas generadoras de energía en Estados Unidos, lo que podría causarle pérdidas millonarias en un área con la que la compañía contaba para ayudar a mejorar sus ganancias, de acuerdo con un análisis realizado por Reuters.
Varias instalaciones con generadores de GE dijeron a la agencia que detendrán o retrasarán su mantenimiento, que es operado -en parte- por la misma GE, debido a las dificultades para trabajar y respetar la distancia social. Los clientes señalaron que es seguro retrasar estos trabajos principalmente por la baja en la demanda eléctrica.
Las ganancias del mantenimiento de plantas de poder son primordiales para la compañía ahora que su sede se ha reducido a aviación, equipo de generación y aparatos médicos. Wall Street se ha mostrado preocupada por el negocio de la aviación, pero el reporte del primer trimestre que General Electric publicará este miércoles también podría mostrar retos en el sector energético.
Reuters entrevistó a cinco operadores de generadores en Estados Unidos con más de 130 turbinas de GE en operación. Todos ellos dijeron haber retrasado parte de los trabajos de mantenimiento mientras realizan trabajos críticos necesarios para la operación, seguridad y compliance.
GE reportó 3,600 millones de dólares de ganancias en servicios relacionados a la energía, su segundo sector más grande después de los 5,400 millones de dólares generados por servicios a la aviación. La empresa declinó hacer comentarios, pero el 3 de abril su director de negocios de gas dijo que tenían equipos trabajando en proyectos con más de 60 clientes a nivel mundial.
El área de aviación ha sido golpeada por la baja en viajes aéreos y la puesta en tierra del Boeing 737 MAX, modelo para el que GE es parte de la alianza que fabrica los motores.
“El desempeño financiero de GE se verá impactado severamente en 2020, ya que los acuerdos de servicios a largo plazo han sido una importante fuente de ingresos para las divisiones de aviación y energía de la compañía”, dijo Kathy Hipple, una analista financiera del Instituto de Economía y Análisis Financiero de la Energía.
La crisis también pone en riesgo las ventas de nuevos equipos eléctricos. “Seguramente los operadores están analizando cuidadosamente la demanda, y pueden posponer la inversión de capital hasta que la demanda de poder tenga una mayor visibilidad”, dijo Hipple.
La reducción en las tasas de intereses y los bajos precios del crudo también han impactado a la compañía, poniendo en duda su capacidad de pagar deuda durante lo que queda del año. En marzo General Electric recortó su predicción de ganancias para el año y advirtió que la salida de efectivo podría alcanzar los 2,000 millones de dólares en el primer trimestre.