Una disputa entre Volkswagen y un empresario mexicano por el uso de la marca Lamborghini frenó el desarrollo en Hidalgo de un coche eléctrico que llevaría el sello de la firma italiana.

El proyecto es obra de Jorge Antonio Fernández García, director ejecutivo de Automóviles Lamborghini Latinoamérica, que ha diseñado tres vehículos con el nombre de la marca, pero que actualmente carece de reconocimiento por parte de Volkswagen, propietario de la firma.

Fernández García intenta hacer su cuarto Lamborghini, gracias a un contrato que le daría la posibilidad de crear sus propios diseños en cualquier país de Latinoamérica, según el empresario.

La construcción del auto eléctrico estaría a cargo de Carlos Pardo, dueño de Cars Pardo, compañía con sede en Ciudad Sahagún, dedicada a la fabricación de réplicas de autos de Fórmula 1.

Así lo anunció la Asociación de Industriales de Ciudad Sahagún en una conferencia el 21 de enero.

Sin embargo, el empresario hidalguense suspendió las negociaciones con Fernández García, tras conocer el rechazo por parte de Lamborghini con cualquier entidad en Latinoamérica, mientras que él se presenta como director de la firma en la región.

Herencia internacional

Esta no es la primera vez que la disputa le cierra las puertas a los negocios de Fernández García, aunque hasta el momento tampoco está completamente claro si él o Grupo VW tiene la razón.

En septiembre del año pasado, el empresario presentó en Paraguay un proyecto de investigación y desarrollo en el mercado de los coches eléctricos.

El anuncio lo llevó a reunirse con el presidente Mario Abdo Benítez, aunque al final el negocio no fructificó y terminó saliendo del país sudamericano, ocasionando severas críticas a la presidencia paraguaya.

El supuesto engaño fue revelado por Stan Canova, consultor de negocios que publicó una respuesta de Lamborghini en la que niega tener relación con Automóviles Lamborghini Latinoamérica y también descarta cualquier plan de producir vehículos en Paraguay.

Además, “Lamborghini demandó al señor Fernández en Estados Unidos e Italia”, le dijo la automotriz a Canova, sin ofrecer mayores detalles. “Nadie sabe quién se reunió con el presidente paraguayo”, dice Canova en entrevista.

Este escándalo fue uno de los motivos para cancelar el proyecto hidalguense, dijo Carlos Pardo en entrevista.

Lamborghini respondió que “no tiene conocimiento de ningún tipo de relación comercial con entidades establecidas en América Latina y no tiene intención de producir automóviles allí”, a una consulta independiente realizada por EL CEO el 24 de enero.

Propiedad intelectual

Fernández García asegura que la respuesta de la compañía es parte de una estrategia para desconocer la validez de un contrato que firmó con la empresa indonesa Megatech, en 1995, antes de que Volkswagen absorbiera la marca.

“Nosotros (Automóviles Lamborghini Latinoamérica) tenemos un contrato firmado por los anteriores dueños de Lamborghini para fabricar vehículos con el nombre de la marca en América Latina. Se firmó en 1995 y tiene una duración de 99 años”, dice.

Automóviles Lamborghini Latinoamérica posee los derechos para comercializar diversos productos con el logotipo de Lamborghini, según los registros del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI).

La compañía mexicana tiene licencia para vender ropa, herramientas, perfumes, productos de limpieza, cosméticos, pasta dental, cubiertos, joyería, armas blancas, rastrillos, entre otros, con el logo de Lamborghini.

También se encuentra la venta de toda clase de vehículos, según consta en el expediente 1684782, obtenido en el portal Marcanet.

En Europa también cuenta con autorizaciones para usar la marca ante la European Union Intellectual Property Office (EUIPO), bajo el número de identificación 939392.

El empresario mexicano, no obstante, sostiene que el convenio de casi un siglo que firmó a mediados de la década de 1990 le permite diseñar coches y venderlos con el sello Lamborghini.

Ese es el contrato que Volkswagen rechaza.

“Nosotros tenemos derecho a fabricar coches en cualquier parte del mundo y ellos (Lamborghini) están obligados a vendernos los motores y las piezas necesarias para su fabricación”, dice Fernández García.

Automóviles Lamborghini Latinoamérica se comprometió a enviar una copia de dicho contrato, pero hasta la publicación de esta nota no lo había realizado.

En Argentina, sede de la compañía a principios de la década pasada, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial del Poder Judicial de la Nación publicó en noviembre una orden de cesar las “acciones u omisiones turben los derechos exclusivos otorgados por el contrato” por parte de VW a la empresa mexicana.

Lamborghini no respondió a una solicitud de comentarios sobre esta resolución.

Otras alternativas

A pesar de que Volkswagen desconoce el convenio, existen varios antecedentes sobre la fabricación de automóviles que Fernández García comercializó con el escudo de la automotriz italiana, aunque sin mucho éxito.

Su primer proyecto tras la última compra de Lamborghini fue el modelo Coatl, de los que solo se fabricaron tres ejemplares: uno se envió a Bélgica, otro a Alemania y el tercero se quedó en Buenos Aires, donde fueron fabricados, según reportes de prensa.

Los otros modelos, el Alar y el Centurión nunca llegaron al mercado, aunque quedan algunos testigos gráficos sobre su diseño.

Su creación más reciente es el L.A. Vision, que contará con motor 100% eléctrico, siempre y cuando alguien acepte construirlo.

“Se trata de un auto deportivo que quieren que nosotros llevemos de lo virtual a lo físico. Pero el proyecto está detenido mientras se resuelve la controversia por los derechos de la marca”, explica Pardo, quien se dedica a fabricar réplicas de coches para exposiciones.

En caso de que la empresa sahagunense desista definitivamente de desarrollar el proyecto, Automóviles Lamborghini Latinoamérica ya cuenta con otras opciones para continuarlo en Sonora, Guanajuato y Puebla.