El operativo que para detener a Ovidio Guzmán López en Culiacán el 17 de octubre sentó un precedente en la política de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero también puede ser un parteaguas para el Cártel de Sinaloa.

Los altos mandos de la organización parecen haber subsanado las fracturas originadas por el vacío que originó la captura de Joaquín ‘Chapo’ Guzmán en 2017. Solo así se explica el poder del despliegue con el que el grupo criminal sitió esta ciudad de más de 900,000 habitantes en respuesta a la detención de Guzmán López, hijo del otrora hombre más buscado del mundo, dicen expertos.

El malogrado golpe a la estructura del Cártel de Sinaloa, puede dar paso a su nueva reconfiguración, bajo la premisa de que “la unión hace la fuerza”, un mensaje peligroso porque además se puede replicar en otras organizaciones, explica José Reveles, periodista especializado en temas de narcotráfico en México.

La redada criminal que aterrorizó a Culiacán para conseguir la liberación de Guzmán López horas después de su detención a manos del Ejército, participaron sicarios del ‘Mayo’ Zambada, ‘Chapo’ Isidro, ‘Guano’ Guzmán y de los ‘Chapitos’, facciones que se disputan el control del cártel desde hace más de dos años, asegura Reveles.

“La acción conjunta lanzó al gobierno mexicano la inquietante advertencia de que el control de la zona está en manos criminales, pero también demostró que el cártel es imparable si se coordinan todas las dirigencias”, opina Reveles.

Anabel Hernández, autora de varios libros especializados en narcotráfico declaró al día siguiente del “operativo fallido” -como calificó Alfonso Durazo al intento de detención del ‘Ratón’ Guzmán- en Culiacán, que el poder económico y operativo con el que actualmente cuentan los hijos del ‘Chapo’ no corresponde a la magnitud de la reacción por la captura.

“(El de los ‘Chapitos’) es un grupo que ya había quedado muy debilitado. Veo algunas cosas artificiales que no corresponden a la realidad de la fuerza de los hijos del Chapo”, dijo la periodista en entrevista para el portal Aristegui Noticias.

Operativo fallido

Guzmán López fue liberado solo unas horas después de haber sido detenido en un operativo en el que participaron elementos de la Guardia Nacional y el Ejército en Culiacán. El arresto ocasionó al menos 14 balaceras en la ciudad, múltiples bloqueos y la fuga de 49 presos del penal de Aguaruto, según las cifras que dio el gabinete de Seguridad Nacional.

Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, dijo que el gabinete liberó al narcotraficante para evitar un número mayor de muertes civiles, militares y de las familias de militares en la ciudad. Esa decisión fue respaldada al día siguiente por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina.

El secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, explicó que las fuerzas armadas actuaron sin previsión de las consecuencias que tendría el arresto del hijo del narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán, quien actualmente purga una sentencia de cadena perpetua en Estados Unidos.

En Culiacán, la gente agradece que el gobierno tomara la decisión de liberar al capo para evitar una masacre. Pero también exige que se le regrese la certidumbre de que vive en un lugar controlado por las autoridades y no por el crimen organizado, dice Silber Meza, periodista fundador de Iniciativa Sinaloa, una asociación que trabaja por la transparencia y el combate a la corrupción en la entidad.

“Los sinaloenses estamos cansados de la violencia, no queremos que haya más violencia y no queremos que se derrame más sangre inocente. Pero lo que sí queremos es que funcionen los operativos. Que funcionen, y que estén tan bien diseñados que incluso no se dispare una sola bala, no como ahora que fue un desastre”, dice Meza.

De acuerdo con el Semáforo delictivo, entre enero y septiembre de 2019 se han reportado 7,434 homicidios dolosos en el país. Sinaloa ocupa el lugar número 14 en el rubro, el cual está liderado por Baja California, uno de los estados dominados por el cártel sinaloense.

Los hilos del cártel

El Cártel de Sinaloa tiene una estructura horizontal, encabezada por el ‘Mayo’ Zambada, explica Reveles. Debajo de su liderazgo se encuentran tres grandes células: la de Chapo’ Isidro, ‘Guano’ Guzmán y la de los ‘Chapitos’.

Ellos son quienes hasta ahora se disputan el control del cártel más poderoso del mundo y que, según Anabel Hernández, tiene presencia en 70% de los países del mundo.