Los países del G7 llamaron este lunes a respetar el estatus de autonomía de Hong Kong y a “evitar la violencia” después de más de dos meses de manifestaciones prodemocracia en esta excolonia británica, marcadas por enfrentamientos violentos con la policía.
“El G7 reafirma la existencia y la importancia de la declaración sinobritánica de 1984 sobre Hong Kong y llama a evitar la violencia”, se puede leer en una declaración final al cabo de tres días de cumbre en Biarrtiz, en el suroeste de Francia.
La policía de Hong Kong justificó este lunes el uso el domingo, por primera vez en más de dos meses de protestas prodemocracia, de cañones de agua y el disparo de advertencia con arma de fuego, culpando a los manifestantes de ser “extremadamente violentos”.
En Tsuen Wan, a unos 10 kilómetros del centro de Hong Kong, hubo el domingo violentos enfrentamientos entre manifestantes y la policía tras una manifestación cerca del estadio de deportes que atrajo a miles de personas.
Al caer la noche, un grupo de policías fue atrapado por manifestantes armados con ladrillos que los amenazaron, dijo este lunes la policía en un comunicado.
Un oficial cayó al suelo bajo una lluvia de golpes, lo que llevó a seis de sus colegas a desenvainar sus armas y “disparar un tiro de advertencia al aire”, precisó la policía.
Es la primera vez que se usa fuego real desde el inicio de la crisis, haciendo temer que la situación empeore y tome un giro cada vez más violento.
La policía también confirmó el uso de dos vehículos dotados de cañones de agua, para disparar a los manifestantes.
Quince policías resultaron heridos durante los enfrentamientos, según el comunicado, y decenas de manifestantes, incluido un niño de 12 años, fueron detenidos por reunión ilegal, posesión de armas y agresión a la policía.
“La policía hace un llamado a la población para que se desvincule de los manifestantes violentos”, agregó el texto, prometiendo “medidas implacables” para llevar a los responsables ante la justicia.
El tiro de fuego real provocó una ola de críticas e inflamó las redes sociales, donde muchos se burlaron y reprendieron a un portavoz policial que elogió las acciones “valientes y moderadas” de los antimotines.
Hong Kong, región semiautónoma del sur de China (que no forma parte del G7) vive su mayor crisis política desde su retrocesión por Londres en 1997, con acciones casi diarias en las que los manifestantes denuncian un retroceso de las libertades y una creciente injerencia de Pekín.
La protesta nació en rechazo a un proyecto de ley que autoriza las extradiciones a China, y aunque luego fue suspendido por las autoridades locales de Hong Kong, el movimiento amplió sus reivindicaciones para pedir más democracia y la protección de libertades.
Los enfrentamientos en Tsuen Wan han estado entre los más violentos en casi doce semanas de disturbios políticos que sacuden a Hong Kong.